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Ayuso y Casado, tras conocer los resultados electorales autonómicos de Madrid. Mariscal / EFE

La mayoría que quiere votar al PP

BELVEDERE ·

Pablo Salazar

Valencia

Miércoles, 23 de febrero 2022, 00:02

El nuevo PP que nazca tras el derrumbe del viejo PP, al que estamos asistiendo estos días, tiene ante sí un reto mucho más difícil que el que tuvo que afrontar Rajoy cuando en 2004 perdió las elecciones tras los atentados del 11-M. Entre ... aquel año y 2011, los populares pudieron ejercer una oposición sin preocuparse de sus flancos derecho e izquierdo, mirando únicamente al Gobierno socialista de Zapatero, al que los efectos de la crisis económica de 2008 acabó por descabalgar. Ahora es diferente, el bipartidismo ha cedido terreno, a la derecha está Vox, y a la izquierda, un Ciudadanos agonizante que tal vez pueda respirar un poco gracias al cataclismo de la calle Génova. Este cambio del panorama político español es de una enorme trascendencia a la hora de diseñar la estrategia que debería aplicar el nuevo líder de los populares. Porque si estira por un lado corre el riesgo de quedarse corto por el otro. O, dicho de otra manera, si se escora a la derecha para frenar la sangría de votos hacia Vox, perderá ese centro político que según los sociólogos es el que da y quita victorias electorales, ya que es el espacio en el que se mueven millones de votantes que cambian de siglas y pueden oscilar entre el PP y el PSOE. Pero si se centra en exceso y difumina sus perfiles conservadores y españolistas, el peligro es que el crecimiento del partido de Abascal lo acabe situando como tercero en discordia. Hay una mayoría social en España que ve con creciente preocupación la cantonalización y el chantaje al que los partidos nacionalistas y separatistas someten al PSOE. Pero que a su vez no quiere acabar con las autonomías. Hay una mayoría que rechaza los excesos de la ideología de género y la demonización del hombre blanco heterosexual. Pero que no cuestiona que todavía hoy existen desigualdades entre los dos sexos y una lacra asesina que cada año se cobra la vida de mujeres que mueren a manos de sus parejas o de sus ex. Hay una mayoría que no comulga con el discurso políticamente correcto que aboga por diluir las identidades nacionales para integrar a los extranjeros. Pero que tampoco está de acuerdo en señalar al inmigrante como un potencial delincuente que viene a quitar el trabajo a los españoles, a robar en sus casas y a abusar de sus mujeres. Hay, en definitiva, una mayoría social que quiere vivir en paz y en libertad, que está a gusto con la Constitución del 78, que cree que la Transición fue un logro histórico, no una derrota, que es europeísta, y tan española como valenciana, o gallega, o andaluza, y que quiere un Estado protector que no asfixie a la iniciativa privada. Esa es la mayoría social que debe conquistar el nuevo PP.

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