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En los últimos tiempos se ha puesto de moda pedir medio bocadillo a la hora del almuerzo, que, como es bien sabido, por estas tierras ... no equivale, como en otros sitios, a la comida de mediodía, sino al típico 'esmorsar' valencià', cada vez más exportado. Pero el caso es que eso del medio bocadillo más bien parece una reiteración, ¿no? Porque si bocadillo ya es diminutivo, pedirlo parece la repera. Como pedir la cuarta parte, que vendría a ser como un es pero no es.
Sin embargo, en medio de esta tendencia de éxito, nos han sorprendido nuevos bares en los que, a la petición, desinformada, de medio bocadillo, el dependiente de turno explica, rotundo: «Aquí, medios bocadillos no hay; o enteros entre pan o la misma ración en plato».
Sin duda, de lo más honrado, para no andarnos con medianías o si te han puesto menos de lo que debieran. Esto es lo que hay y si te parece mucho te dejas lo que sobre. Que no se lo dejan. Ojo. Observamos por las mesas y en la barra, entre los platos de vuelta, y no se veían sobras de ningún tipo, más allá de alguna punta suelta de pan, ese trocito final que se te queda sin mezcla. Entonces, si vas y te lo acabas, ¿a cuento de qué pedías medio bocadillo? Es que estoy a dieta, se escudan algunos. O si no ésta: es para que no me quite las ganas de comer a mediodía. Sí, sí, disimula; ya quisiera verte el plato al final de la comida.
Es lo mismo que eso de las medias raciones, cada vez más generalizado. ¿Qué diantres será media ración? Porque para definirla habrá que tener claro antes cómo es una ración entera de lo que sea. Pero en principio, una ración viene a ser lo que convenimos en que nos podemos zampar. Más o menos. Si resulta que de las raciones expendidas se ve que va sobrando algo, habrá que reducir. Evitar desperdicio alimentario. Y eso nos aproximará más a la medida de racionar. A partir de ahí, conformarse con media ración equivaldría a decir que nos conformamos con la mitad de lo que podríamos comernos. O sea, un quiero y no puedo. Y a las claras: un vano intento de contener la cuenta que, sin embargo, puede dar alas a quien sirve el condumio, porque si yate conformas con eso, pongamos la media ración, para qué empeñarse en darla entera. En realidad, la disminuida por petición reiterada del respetable pasa a suplantar a la entera de antes, hasta acabar en el altar de la lista del local con plena carta de naturaleza. Hay también bares que atraen con llamativos entrepanes monumentales, que en realidad hay que compartir entre dos o más, pero sobre todo hay que ensalzar, por su honestidad, ese rechazo a la bobería de andar con medios bocadillos y medias raciones. Al pan, pan.
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