Abierto, claro, ponderado, con sentido común. Salvador Navarro, que bien pudiera ser conseller aunque abiertamente niega su disposición al cargo, puede defender intereses que coincidan con los de la ruta política del momento, como oponerse a aquellos que considera inviables. Si a cualquier responsable del ... ámbito público o privado se le exige conocimiento de la materia que toca, es indudable que el presidente de la CEV cumple con nota el expediente.

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¿Recuerdan la (alicantina) obsesión de Eduardo Zaplana por vertebrar nuestra región hace años? De nuevo resulta chocante (y positivo al mismo tiempo) que alguien desde Valencia valore esa vertebración de la Comunitat, denuncie la falta de señas de identidad y de posicionamiento en Madrid y en Europa. Navarro transmite la visión como responsable de su sector, seguro de que el éxito empresarial va de la mano de una buena gestión política y que para ello es necesario poder sentarse y entenderse con todos. En ese plano, en el político, él se entiende salvo en contadas excepciones.

Lejos de cualquier consellería, se vislumbra que ganaría mucho más el empresariado valenciano y la sociedad en general si consigue renovar el cargo de presidente de la CEV para cuatro años más.

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