Urgente El Euromillones de este martes deja un nuevo millonario en España

Tienen un arte especial para complicarlo todo. El día que acierten en alguna decisión tocarán al unísono todas las campanas de Valencia. Meriton falla en la cuestión social con su alejamiento de la afición que sustenta al club, erra en el planteamiento urbanístico con su inacción para solucionar la mole de cemento sin acabar en Cortes Valencianas, se equivoca en la proyección internacional -con medios que ya alertan de la deriva de la histórica entidad futbolista desde la adquisición de la mayoría de acciones- y fracasan en el objetivo principal de la sociedad, que es su equipo de fútbol. Vamos, que patinan en todo. Cualquier otro se lo haría mirar. Este gente cree vivir por encima del bien y del mal. Pero hay momentos donde lo más fácil es acertar. Es como el delantero que tiene el balón a escasos centímetros de la línea de portería. Sólo tiene que empujarla. Hacer otra cosa es temerario. Javi Gracia está sentenciado. El entrenador se ha sentenciado con sus actos, con sus discursos y con su nula proyección sobre los futbolistas que dirige. Desde el momento en que decidió dejar el Valencia cuando le mintieron con la llegada de fichajes en el mercado de verano su estancia dejó de tener sentido. Pero nadie quiso dar el paso. Y de aquellos barros, estos lodos. Con la llegada de tres futbolistas en la ventana de invierno se le acabaron las excusas. Su misión ya era entrenar y que sus futbolistas entendieran su discurso. No ha sido así. Hay bastantes ejemplos, pero el choque contra el Levante desnuda todas las carencias de un técnico que no se siente entrenador del Valencia. Decidió variar el sistema de juego por las bajas y situó en el eje de los tres centrales a Diakhaby y desplazó a Guillamón a la izquierda, cuando si en algo destaca el canterano es en la colocación y en la salida de balón. Pero casi hubo que empujarle a que variara el diseño en la segunda parte y cuando tuvo que hacer una sustitución, fue el joven internacional español el relevado, cuando el francés estaba como un flan tras sus múltiples errores. ¿En serio que esto no lo ve? ¿En serio que nadie de sus asesores se lo indica? Manda el banquillo a las primeras de cambios a Kang In, uno de los pocos jugadores diferenciales del equipo, mientras Gameiro volvió a la titularidad cuando su aportación es insignificante. Son detalles que observa cualquiera. Y luego está la ascendencia sobre los futbolistas. Nula. Son muchos los partidos en los que ha tenido que admitir que su gente ha salido sin convicción, cuando es algo que no habría ni que pedir. Pero Meriton no se atreverá a despedir a Javi Gracia. Prefiere tenerlo de parapeto. Pero en este caso es lo más fácil y lo razonable.

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