Miedo y asco en España
LA GUERRA POR MI CUENTA ·
Carlos Flores Juberías
Miércoles, 22 de abril 2020, 08:34
Secciones
Servicios
Destacamos
LA GUERRA POR MI CUENTA ·
Carlos Flores Juberías
Miércoles, 22 de abril 2020, 08:34
Teniendo en cuenta a qué nivel se ha quedado el listón de la profesionalidad en materia de estudios de opinión tras la última bulgaridad -ojo, corrector: con 'b' de 'búlgaro'- de José Félix Tezanos, en la que la abrumadora mayoría de los españoles confesaron su amor por su líder supremo y su deseo de nutrirse informativamente hablando solo de sus ubres... supongo que nadie me reprochará que también yo haga sociología en chancletas y desde el salón de mi casa. Que siempre será más honesto que hacerla desde la cocina del CIS.
Y lo que percibo es que, de un tiempo a esta parte, esos ciudadanos que hace cuatro semanas -en los inicios del confinamiento- no parábamos de intercambiarnos bromas, ocurrencias, recetas de cocina y consejos bienintencionados con los que pertrecharnos para lo que nos esperaba; que esos mismos ciudadanos que hace dos semanas -en lo más crudo de la pandemia-, veíamos sobrecogidos cómo la cifra de muertos e infectados alcanzaba proporciones estratosféricas mientras asistíamos atónitos a las continuas torpezas de nuestro ejecutivo; esos ciudadanos, digo, hemos empezado a dividirnos entre los que sienten miedo, los que sienten asco, y los que sienten ambas cosas.
No hay más que abrir las páginas de cualquier diario -o el chat de cualquier grupo de wassap- para darnos cuenta de que el tema de conversación ha dejado de ser cómo sobrellevar el aislamiento (ya nos sabemos de memoria todos los trucos) ni cuantos muertos más vamos a tener que enterrar (hemos preferido dejar de hacer predicciones) para centrarse en cuál fue la última cacicada del Gobierno, y cuál será la próxima. Ruedas de prensa con censura previa, iniciativas de geolocalización, internamientos voluntarios con opción a ser forzosos, multas desproporcionadas, iglesias desalojadas, parlamento maniatado, límites a las comunicaciones privadas, persecución de los supuestos bulos, y generales de la Guardia Civil consagrados a evitar el desgaste del Gobierno conforman un panorama que da asco y miedo a partes iguales. El de un ejecutivo que incapaz de garantizarnos la seguridad de una manera mínimamente eficaz, parece consagrado, primero, a evitar que nos demos cuenta de lo que está sucediendo a nuestro alrededor, si eso falla, a evitar que lo contemos, y si aun así el flujo informativo no se obtura, a asegurarse que no se pueda articular en una contestación social y política que ponga en jaque su hegemonía.
Y francamente, que con quinientos muertos al día, siete días a la semana, el tema de conversación de nuestras redes y sea cómo el Gobierno planea acallarnos no deja de dar asco. Y miedo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.