El PP se lo tiene que hacer mirar

La presidenta del Partido Popular en la Comunitat Valenciana (PPCV), Isabel Bonig, ha estado muy en su papel al arremeter contra el acuerdo que han alcanzado todo tipo de fuerzas políticas y sociales de Castilla-La Mancha para acotar el trasvase Tajo-Segura y, al mismo tiempo, instar al presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, a que defienda «con uñas y dientes» la continuidad de dicha transferencia hídrica, vital para gran parte de la provincia de Alicante, al igual que depende de la misma Murcia.

La líder del PP valenciano ha tildado de «enésima provocación» el acuerdo manchego que supone la culminación de una larga marcha en busca de reducir el trasvase y dejarlo en la mínima expresión, por lo que pide a Puig que «se plante» ante su homólogo castellano-manchego, Emiliano García-Page», ambos del mismo partido, el PSOE.

La dirigente popular hurga en las contradicciones internas del PSOE, donde cada presidente regional barre para su territorio en detrimento de los otros, sin una visión general de Estado y sin que tampoco ejerza esa función quien está al frente del Gobierno de España.

Pero resulta que el PP tiene ese mismo problema político dentro 'de casa', porque el referido acuerdo manchego también ha sido suscrito por el PP de aquella comunidad autónoma, y su presidente, Francisco Núñez, no ha dudado en respaldarlo con la mayor efusividad, diciendo que «es un día importante para Castilla-La Mancha y para su futuro, ya que se blindan los intereses de nuestra tierra en materia hídrica».

Es posible que el señor Puig no la emprenda con su correligionario manchego, el señor García-Page, pero tampoco lo hace la señora Bonig con su colega de filas, el señor Núñez, y al ser ella quien ha terciado en el asunto, para señalar acertadamente el nudo gordiano de la cuestión, se echa más en falta esa omisión.

Como todo esto viene de lejos y ha habido vaivenes de todos los colores políticos, según vientos y oportunismos, en el fondo nos queda la sensación de que estas cosas se utilizan más como armas arrojadizas que con ánimo de ir a resolver el problema. Mientras tanto quedamos condenados y la Comunitat Valenciana es la única región que reduce regadíos. Todos tendrían que reflexionar. El PP también.