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MITOS Y LEYENDAS DEL DERBI (I)

Los enfrentamientos entre Valencia y Levante están plagados de tópicos y lugares comunes

JOSÉ RICARDO MARCH

Lunes, 9 de diciembre 2019, 07:44

Cada vez que se otea en el horizonte un Valencia-Levante suelen aflorar un sinfín de tópicos que a fuerza de ser repetidos han acabado calando entre algunos aficionados. Con ánimo de ayudar a descartar estos falsos mitos planteamos un breve listado de afirmaciones que se realizan habitualmente, contestadas por una interpretación respaldada por hechos y datos.

1. El derbi se ha disputado tan pocas veces que no se puede considerar un derbi. Falso. Valencia y Levante UD se han enfrentado en partidos de competición 33 veces (19 victorias blancas, 7 empates, 7 derrotas); contra el Gimnástico se disputaron 41 partidos (27 victorias, 10 empates, 4 derrotas), mientras que contra el Levante FC se jugaron 46 (25 victorias, 9 empates, 12 derrotas). En total, Levante (en sus tres encarnaciones) y Valencia han contendido 120 veces, en las que la superioridad blanca se ha manifestado netamente. Un reducido, aunque creciente, número de esos enfrentamientos ha tenido lugar desde la instalación del Levante en Primera en el siglo XXI. Que una parte del valencianismo trate con paternalismo al levantinismo o prefiera ignorar su innegable crecimiento social y deportivo no invalida el hecho de que el enfrentamiento existe y que por diversas razones (historia, situación presente, atención mediática...) se le puede otorgar consideración de derbi.

2. La rivalidad se generó en los años veinte a partir de argumentos deportivos. Falso. La rivalidad entre el Valencia y el Gimnástico, base histórica de la actual, existió mucho antes de que el sueño del Valencia tomara forma definitiva en 1919. Nació como consecuencia de la turbulenta relación que mantuvieron los fundadores del Gimnástico, Amador Sanchis, y el Valencia, Octavio Milego. Milego era republicano, liberal y krausista; Sanchis, monárquico carlista, conservador y católico ultramontano. Encarnaban, pues, dos universos antagónicos. La animadversión se fraguó en la etapa en que Milego dirigió el Sagunto, equipo salesiano que disputó la hegemonía del fútbol escolar al Gimnástico del Patronato jesuita. Desde entonces los reproches lanzados por Sanchis fueron continuos y tuvieron Diario de Valencia, periódico en el que escribía, como escenario. El nacimiento del Valencia multiplicó los recelos y ataques de Sanchis, que percibía que el nuevo club acabaría dominando la Valencia deportiva. La prensa generó un estado de opinión caliente que se trasladó a los campos de juego.

3. El Valencia era el equipo del poder y la burguesía. Falso. El Valencia nació con una voluntad transversal que se manifiesta en el mismo momento de su fundación, cuando en la misma mesa del Torino comparecen un militar, un comerciante conservador y tres militantes de partidos republicanos. La afiliación al Valencia creció de manera enorme respaldada en un amplísimo espectro ciudadano, que iba desde el anarquismo hasta la derecha tradicionalista, y no tardó en trascender las fronteras de la ciudad estricta para expandirse, primero por L'Horta y después por el resto de la provincia. El Levante FC, encapsulado en su ecosistema marítimo, también integró, aunque a menor escala que el Valencia, a los representantes de las diferentes clases sociales de la zona del puerto. Caso aparte es el Gimnástico, que tenía su identidad perfectamente marcada, tal y como señala el acta de petición del título de Real en 1926: «la mayor parte (...) de socios son personas de posición elevada».

4. A diferencia de lo que ocurre con el Levante, el Valencia ha sido favorecido históricamente por su entorno político. Falso. La primera gran operación urbanística relacionada con el fútbol en la ciudad fue la concesión administrativa al Gimnástico del Stadium del río, una decisión más que polémica y francamente desacertada. El Valencia, al que le había costado Dios y ayuda obtener el arriendo de Algirós por parte de su propietario, el político Eugenio Miquel (de hecho, se alquiló a Milego y Medina por la desconfianza que Miquel sentía hacia el club), se hipotecó severamente para comprar Mestalla, lo que lastró su economía. Es cierto que en 1939 el Valencia recibió la ayuda del ejército para reconstruir su estadio, pero no lo es menos que Levante y Gimnástico, unidos como UDLG, fueron integrados en la estructura del Movimiento -esto es, del estado-, aunque no supieron o no pudieron aprovecharse de ello. Y si el Valencia recibió en el siglo XXI ayudas públicas para recalificar su estadio también lo hizo el Levante. Solo basta con repasar la hemeroteca o darse una vuelta por el centro comercial Arena para comprobarlo.

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