MORERA YA TIENE UNA EDAD

Durante la pasada legislatura, el presidente de Les Corts, Enric Morera, leyó cerca de 80 declaraciones institucionales. Tanto a su equipo, como al resto de partidos, afines o desafines, esa cantidad les pareció un modo de rebajar el valor de ese tipo de pronunciamientos. Ahora parece que Morera las echa de menos. El presidente del parlamento valenciano abrió esta semana la puerta a cambiar el reglamento de la Cámara porque Vox no ha querido firmar una declaración con motivo del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Escrito queda aquí que yo estoy de acuerdo con la necesidad de incrementar (mucho) las acciones que combaten la violencia de género. Sin embargo, ni la intención más noble (y esta lo es) debería llevar a Morera ni a nadie con dos dedos de frente a lanzar simplezas del calibre de la propuesta por el presidente de Les Corts. El presidente, en sus discursos institucionales (por ejemplo, el que dio en Capitanía para celebrar los 600 años de la Generalitat) señala que «necesitamos altura de miras, alta política para preservar el bien común». Pues eso. Luces largas.

La arquitectura institucional es perfectible pero no es una idiotez. Ya tenemos unos añitos y las normas no brotan de manera silvestre ni vamos a inventar la rueda. Cambiar el reglamento de Les Corts porque un grupo no firma una declaración, por mucha razón que se tenga, es una perversión de la norma insana y cortoplacista. Había una vez una ley de senadores que el PP zarandeó para obligar a Leire Pajín a pasar una especie de examen de pureza de valencianía. Absurdo. Luego llegó Podemos, y con los votos a favor del PSPV y Compromís, volvió a arrastrar esa misma norma para intentar hacerle un traje a la fallecida Rita Barberá. Acabó rectificado por ilegal. Chapuza. En esas mismas estamos con la idea ahora de cambiar el reglamento porque un partido se niega, y seguramente lo seguirá haciendo en el futuro en otros casos, a firmar un declaración institucional. Morera tendrá que asumir que va a leer menos pronunciamientos de este tipo. Apruébese una PNL en el mismo sentido y déjese de manosear la cajita de Pandora. Cambiar las reglas cuando no te gusta cómo va la partida es peligroso. Eliminar la exigencia de unanimidad para sacar adelante una declaración institucional en Les Corts propicia que, en el futuro, por otros temas menos nobles, se podría emplear esa misma treta de mercadillo. ¿Y si en 2023 cambia el signo político de la mayoría? ¿Ahora se quiere situar el listón a medida para evitar el bloqueo de un partido con diez diputados? ¿Y si pasase como en el Congreso y fuera la tercera fuerza? ¿Se abarataría el listón? Altura de miras y luces largas, señor Morera, que ya tenemos una edad.