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La mujer en la arquitectura valenciana
JAVIER DOMINGUEZ RODRIGO ARQUITECTO
Domingo, 7 de agosto 2022
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JAVIER DOMINGUEZ RODRIGO ARQUITECTO
Domingo, 7 de agosto 2022
Hasta hace bien poco, un mundo con acentuada dominación masculina y proclive a la misoginia, aísla a la mujer en lo doméstico y en lo ... interior. Incluso, en la historia reciente de la industrialización arquitectónica, las pocas que logran brillar son eclipsadas por el renombre de sus mentores: Lilly Reich por Mies van der Rohe, Aino Marsio Aalto por Alvar Aalto,...
El siglo XX anuncia la incorporación de la mujer como profesional activa en la sociedad. Hoy son ya muchas las que, superando el rol de 'paper architect', pueblan el olimpo arquitectónico: Lina Bo Bardi, Zaha Hadid, Kazuyo Sejima, Benedetta Tagliabue, Anne Lacaton,...
La capital del Turia lleva su propio ritmo, aunque la creación en 1966 de la Escuela de Arquitectura resulta decisiva en el camino hacia la equiparación de la mujer valenciana. En ella, pronto destacan como profesoras dos grandes historiadoras: Violeta Montoliu, que ocupa la dirección en 1978 y Trinidad Simó.
Sin embargo, no es hasta hace cincuenta años (1972) en que se gradúan por la UPV las dos primeras arquitectas: Pilar De Insausti Machinandiarena y Cristina Grau García. Hasta 1980, las jóvenes apenas representan el seis por ciento de los egresados de la ETSAV. Solo en 1990 se llega a las cien colegiadas.
Cinco décadas después, la situación es radicalmente distinta, contando con una masiva presencia femenina en las aulas. Realidad que difícilmente hubiera sido posible sin pioneras y luchadoras como ellas.
Hija y hermana de arquitecto, Cristina Grau nace en Valencia en 1946 en el seno de una familia acomodada. Cursa con brillantez el bachillerato y de 1963 a 1966 estudia Pintura en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, ingresando a continuación en la Escuela de Arquitectura de Barcelona.
Finalizados sus estudios en el 'cap i casal', se incorpora el mismo curso 72-73 como ayudante del profesor Rafael Tamarit Pitarch, discípulo de Alejandro de la Sota, en el departamento de Proyectos, desarrollando una dilatada carrera docente hasta su prematuro fallecimiento en 1997.
Tras doctorarse cum laude en 1984 obtiene una Beca Fulbright, realizando una investigación sobre «La influencia del cine en la arquitectura de los años 30» en el Art Institute of Chicago y la University of Southern California de Los Ángeles.
Cristina es una apasionada de la literatura de Borges, al que conoce de la mano de Miguel Pecourt. Su tesis doctoral, dirigida por el catedrático Josep Muntañola Thornberg, se plantea el tema del laberinto, presente en la obra de Borges, Kafka, Robbe Grillet o Ionesco.
Su trabajo se apoya en los testimonios de Borges, Mendelsohn, Le Corbusier, Borromini, Aldo Rossi,..., que aportan sus visiones laberínticas -literaria, pintada, dibujada o construida- permitiendo el análisis de las características del espacio borgiano por comparación. En suma, su tesis tiene una idea central: «del laberinto al Aleph, de Piranesi a Boullée, de la realidad al deseo».
Su actividad profesional estaría siempre ligada a la de su hermano Camilo, con quien comparte estudio desde 1975 realizando numerosos proyectos de viviendas y edificios públicos: juzgados, centros de protección de menores (Marratxí, Palma de Mallorca), institutos, centros de ocio, intervenciones en teatros, auditorios, conservatorio; restauraciones: Palacio de Justicia de Xativa.
De entre sus obras, destaca la rehabilitación del antiguo Cine Rialto, proyectado en 1934 por Cayetano Borso di Carminati, para convertirlo en el Instituto Valenciano de Artes Escénicas, Cinematografía y Música -IVAECM-.
Una de las aportaciones de los Grau es la remodelación de la sala principal corrigiendo la desproporción entre las dimensiones del patio de butacas y la escena. Para resolverlo reducen el patio de butacas tanto en el frente, como en los laterales, de forma que generan sendas orejas de maniobra y almacenamiento.
La gran boca del escenario y la corbata paralela a la curvatura del fondo consiguen crear un espacio para que el espectador se sitúe más próximo a la representación. El teatro se reduce a cuatrocientas butacas, ocupando las plantas primera, segunda y tercera con platea, anfiteatro y palcos.
El proyecto contempla no sólo la restauración de los espacios interiores, sino de la decoración 'art decó' y el amueblamiento, de forma que los arquitectos nos dejan un amplio mobiliario: lámparas, barras, mesas, puertas, espejos,...
Con una extraordinaria trayectoria vital, pictórica, académica y profesional, personalidades como la de Cristina Grau y otras mujeres de su generación son decisivas, no solo para lograr la igualdad de oportunidades y derechos con independencia de la condición sexual, sino sobre todo para construir una sociedad mejor, más culta y solidaria.
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