La mujer barbuda y otras mentiras climáticas

Los amantes de la buena carne estamos en horas bajas. Desconocía la importancia de anular la ingesta de carne para disminuir la contaminación en el planeta. Busqué luz para salir del shock y hallé el motivo: el metano que generan las vacas. ¿Flatulencias o exhalaciones? No sé si lo expulsan por delante o por detrás, pero desde hoy soy muy fan y defensor a ultranza de la vaca. De verdad opino que se habla más para buscar titulares, que para hallar soluciones a lo que nos ocupa: el cambio climático. Y cómo no, imposible dejar de mencionar a la amiga sueca Greta Thungberg. Ha llegado a Portugal en una travesía de tres semanas en un velero (con dos motores a gasoil) y aún no se sabe si llegará a la Cumbre Climática de Madrid en tren, coche o burro. Esta niña prodigio posee todos los ingredientes para convertirse en un juguete roto con padres bien jubilados. En el recuerdo perdura 'The Jackson 5' que catapultó con fama y riqueza a un chico llamado Michael, enterrado a los 50 años de edad. Sin ir tan lejos Joselito, 'el pequeño ruiseñor', dió con sus huesos entre rejas por posesión de cocaína. Linda Blair, la que saltara a la fama con 13 años por su interpretación en 'El Exorcista', acabó de una manera muy parecida. Sin querer establecer similitudes entre el papel de aquella posesa con la actitud de Gretta, quedan claros varios puntos. Uno, se está jugando una partida climática en la que hay infinidad de intereses. Dos, que los verdaderos protagonistas no son los expertos conocedores de la materia y, tres, que paralelamente salen personajes como los vegetarianos, las 'Gretas' o los 'Grezzis' a animar el gran circo en el que se ha convertido el cambio climático.

Tenemos la asignatura pendiente de difundir la información correcta, que no esté contaminada por intereses políticos. Basta ya de confundir al ciudadano. Es una mentira que el diésel sea el demonio tal y como dijo Pedro Sánchez. El motor diésel moderno contamina menos que el de gasolina y es una pieza fundamental en la transición para lo que se tenga que llegar. Es una verdad que parte de la flota diésel de autobuses de Valencia tiene muchos años y contamina casi 100 veces más que un coche diésel moderno. Empecemos por tener un buen transporte público en Valencia, comprar menos milongas de las que nos vende Grezzi por las redes sociales y sobre todo no ser tan irresponsable de 'perder' 4 millones de euros.

A partir de ahí, escuchemos a los científicos, a los que dedican su vida al conocimiento y no a los políticos que deciden en función de lo bien posicionados que vayan a estar en el momento de su reelección. Por cierto, otra verdad es que el metano de las vacas solo supone el 5% del efecto invernadero. El resto, es responsabilidad nuestra.