ODIADORES DE SERIES

El odio de algunas personas a una serie suele ser proporcional a la pasión que despierta en otras. Lo hemos visto con 'Juego de Tronos' o con 'Perdidos', que han contado con entusiastas seguidores y también con detractores empeñados en buscar los fallos y carencias de ambas producciones. No es algo nuevo, ya sucedió en tiempos pretéritos con otros grandes éxitos, y volverá a ocurrir, no cabe duda.

Entre los odiadores de series ha surgido una nueva tendencia y es la de odiar con retraso, es decir, hacerlo varios años después de que se haya emitido una u otra serie. Uno de los casos más ruidosos fue el de 'Friends', que se encontró con que le surgieron severos críticos más de diez años después de haber finalizado, coincidiendo con su llegada a Netflix, que la descubrió a una generación que no la vio con tan buenos ojos como las pasadas. Entre otras acusaciones dijeron de ella que era sexista y homófoba. El análisis a algunas de sus tramas se hacía de acuerdo a unos patrones de conducta propios de una sociedad afortunadamente mucho más avanzada con algunos temas de lo que lo estaba en los inicios del siglo XX. También se aplicaba una corrección política que seguramente echase abajo un 90% de las producciones audiovisuales de los últimos 50 años, pero esa es otra cuestión.

Lo de odiar con demora también lo ha sufrido 'Breaking Bad', algo que se ha constatado con el estreno de la película satélite, 'El camino', que narra lo que sucedió con Jesse tras conseguir huir. Este apéndice ha servido para que se vuelva a colgar sobre la ficción de Vince Gilligan la etiqueta de machista, por el hecho de crear un universo eminentemente masculino. No deja de ser un asunto que en su día se comentó, pero sobre todo por la antipatía que despertaba el personaje de Skyler, algo que escondía un preocupante análisis sobre los roles de género y que se repitió en otros títulos de la época como 'Los Soprano' o 'Mad Men'. Ahora bien, reducir 'Breaking Bad' a esta circunstancia o determinar que una serie es masculina o femenina por el número de protagonistas hombres y mujeres es de un simplismo enorme. Pero el odio también tiene razones que la razón no entiende.