Aún no se me ha ido el disgusto por lo que pasó el sábado y me durará seguramente hasta que volvamos a ganar un partido, y para ello me temo que habrá que esperar a que pase la 'cuesta de enero'. Fue la de Madrid ... una derrota de las que duelen y mucho. Y es que, a lo mejor, con un par de fichajes podríamos haber conseguido los tres puntos. Y, lo más importante, podríamos afrontar lo que queda de competición de Liga y la Copa del Rey con más garantías y, sobre todo, con bastante más ilusión.
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¿Es mucho pedir señores de Meriton que fichen? ¿No ven las carencias de este equipo? ¿No ven el semblante del entrenador destrozado cada vez que suplica que le traigan a jugadores? ¿No escuchan a la afición cansada de su inacción y de su falta de compromiso? ¿Qué más hace falta?
Recuerdo con nostalgia una expresión que solía utilizar y que a alguno de mis jefes no le gustaba oír, aquello de 'estoy en ello'. Significaba que no estabas en lo que tenías que estar. Y hay otra que tenemos siempre en la punta de la lengua, 'es lo que hay', cuando nos referimos a la aceptación de una situación que no tiene visos de cambiar y que poco o nada se va a hacer para cambiarla. Pues bien, estamos en un momento en el que Bordalás y la afición del Valencia somos de lo que 'es lo que hay' y Meriton insiste en 'estamos en ello', sin estar claro.
Miren, una ya tiene cierta edad para andar con estos 'sinsabores' semana sí y semana también, que me quitan el sueño y me restan fuerzas. No sé qué hacer ya para intentar suavizar el dolor que me produce una derrota del equipo. Creía que con la edad el efecto se diluiría, pero va a más. Y lo peor no es eso, que no tiene remedio. Lo peor es la impotencia que se siente cuando el máximo accionista del club no quiere ver lo que todos vemos. Esa sensación de indiferencia es la que más duele.
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Que a los jóvenes se les tiene que dar oportunidades está claro, ellos son el futuro. Siempre he apostado por la cantera y muchos jugadores del Mestalla nos han dado grandes alegrías a lo largo de muchos años. Pero lo que no se puede es querer construir un equipo que quiere volver a Europa con un proyecto 'low cost' de jugadores jóvenes y con poca experiencia.
No se les puede trasladar a ellos la responsabilidad moral y profesional de hacer lo que deberían hacer otros. La piedra angular de un equipo no pueden ser sólo 3 o 4 jugadores. Ellos no pueden cargar con todo el peso. Tampoco a ellos se les puede exigir que sean los salvadores.
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Se les puede y debe exigir que lideren al equipo y que impriman carácter y raza al resto, sobre todo a los más jóvenes. Pero los partidos no los pueden ganar sólo ellos. Un equipo ha de compensar veteranía y juventud. A este equipo le cuesta mucho aguantar un resultado a favor. Se descompone cuando va con ventaja y no sabe resolver los partidos. Y esto se debe a que los que lo tienen que hacer, la mayoría, son chavales de 18 años, con mucho futuro sí, pero con poca experiencia. La experiencia es un grado y se adquiere también con la edad. A muchos de estos chavales les tiemblan las piernas cuando pisan el césped del Wanda o cuando escuchan su nombre por la megafonía de Mestalla.
No busquemos responsables en los jugadores, aunque alguno podría hacer algo más, o en el entrenador, porque si alguien tiene la culpa de esta situación, como de todo lo que nos pasa, es Meriton. Porque ya sabemos que 'ojos que no ven, corazón que no siente'.
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