Al olor de las sardinas

Mazón tiene razón cuando pide a sus compañeros que tengan cautela con sus programas electorales en el ámbito municipal porque «la gente se los va a leer, saben que vamos a ganar». Por eso mismo, el propio candidato a la Generalitat también tendrá que revisar el discurso, el ramo de promesas con el que está dispuesto a regalar los oídos de los ciudadanos y su catálogo visual.

La gente está en lo suyo, pero se guarda un ratito para escuchar y ver a los que tienen la pinta de mandar pronto. Si Mazón genera grandes expectativas también puede propiciar decepciones de igual tamaño. Que module lo que está dispuesto a prometer (y cumplir). De paso, que tenga en cuenta que cuando denuncias «el colapso de la Generalitat», una situación apocalíptica en materia sanitaria o en términos de movilidad, cuando alertas de que los ciudadanos «lo están pasando mal», queda raro que, de manera simultánea encadenes en las redes sociales un vídeo tras otro protagonizando comidas divertidas, coreografías simpáticas, actos festivos populares y una sucesión de alegrías y buen rollo al estilo Mr. Wondeful que contrastan con tu discurso sobre una realidad tan ajena a ese 'Come, bebe, reza, ama y baila' que son los vídeos. Es evidente que Mazón representa una alternativa clásica y sólida a la que no le hace falta tentar a la suerte cuando el olor de las sardinas es tan sabroso e intenso.