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Oltra, una anomalía en la política

EL ESTADO DE LOS TRIBUNALES ·

La vicepresidenta sale reforzada de tres sentencias en las que se cuestiona el tratamiento de su conselleria a una menor tutelada que sufrió abusos sexuales

ALBERTO RALLO

Viernes, 24 de septiembre 2021, 00:30

Una sorpresa. Asistimos a un caso inédito en la historia judicial valenciana: el de una consellera y vicepresidenta, Mónica Oltra, que consigue salir aparentemente reforzada de una sentencia donde se reprocha, con dureza y sin ambigüedades, la actuación de su conselleria en un caso de abusos sexuales a una menor. Este inesperado desenlace debe de ser éxito de Oltra, desde luego. Pero también habrá que anotar semejante fracaso en el debe de la oposición. Nadie -el término engloba al PP, Vox y Cs- ha sabido tener la destreza de erosionar la figura de la consellera, de acorralarla políticamente. Los hechos son de una gravedad extrema. Aquí un resumen con la exhaustividad que permite esta tribuna. Una menor de 15 años de edad sufre abusos en un centro dependiente de la conselleria. A la joven, nadie le prestó atención. ¿Recuerdan aquello del yo si te creo, hermana? Pues esta chica, tutelada por la Generalitat, no parecía ser del grupo de afortunadas. Fallo. Ni la directora del centro, ni una psicóloga de la conselleria, ni el instituto Espill -menuda sorpresa- le dieron credibilidad. Tampoco fue la Generalitat la que puso la denuncia. Los hechos llegaron a la fiscalía casi por casualidad cuando la víctima decide contárselo a dos policías que la conducían al centro tras unas habituales fugas. Todas las sentencias cuestionan el tratamiento y la atención que recibió la menor. Una adolescente a la que, por otra parte, la conselleria no le puso un abogado para que la asesorara, tal y como exige la ley. El cúmulo de despropósitos alcanza tal magnitud que resulta complicado imaginar una gestión más deficiente. Sólo un fallo en la instrucción de este asunto impidió que la conselleria fuera condenada como responsable civil subsidiario. Eso lo sabe Oltra, la fiscalía y cualquiera con nociones mínimas de Derecho. La vicepresidenta pareció acusar el golpe en un primer momento. Pero rápidamente se rehizo. En los momentos iniciales quiso utilizar su condición de mujer para protegerse. Me critican más por ser mujer, vino a decir. Rápidamente cambió la estrategia. Oltra es lista. A Les Corts, en una comparecencia solicitada por ella misma, fue a defender la actuación de su departamento. Admitió sólo un error, que no se denunciaran inmediatamente los hechos. Y cambió el protocolo. ¿No es suficientemente grave que existiera este protocolo? Resulta indiferente que fuera de la etapa del PP. ¿O es que el Botánico no ha cambiado protocolos y leyes en seis años. En definitiva, aquel discurso le sirvió para presentarse como una víctima y a criticar a la Audiencia y a la Fiscalía por juicios de valor e insidias. Ellos no saben de atención a menores, era la conclusión. Durante los párrafos anteriores hemos omitido de manera deliberada que el monitor condenado, Luis Ramírez Icardi, era entonces el marido de la vicepresidenta. Es algo importante, pero no determinante en la gravedad de este asunto. Y esa circunstancia pudo influir en la joven denunciante porque sabía que no la iban a creer, según las sentencias. La gestión resulta tan escandalosa que incluso no es descabellado sostener que la conselleria pudo incluso perjudicar al ex de Oltra al tardar dos años -nadie ha explicado el porqué- en enviar o 'descubrir' un informe, en teoría, exculpatorio para Icardi. Demasiadas sombras para cero dimisiones. Mónica Oltra explicó en su día que tardó seis meses en enterarse de los hechos. Y fue por su relación sentimental. ¿Alguien puede imaginar que un conseller esté medio año ignorando un asunto de semejante magnitud? Sí, es cierto, cuesta creerlo.

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