Oltra y Mollà, dos crisis y una solución

Son dos hechos diferentes, aunque no dejan de ser crisis generadas de una mala gestión. La dos conselleras, Mónica Oltra y Mireia Mollà, han demostrado ... formas distintas de afrontar un problema. La que mejor resultado ha obtenido, por el momento, ha sido la titular de Agricultura. Ante las informaciones de la muerte de diez burros de un proyecto pionero para la prevención de incendios en el Desert de les Palmes, alguien debió pensar que en ese momento sí era necesario un cortafuegos para que las llamas no terminaran quemando a la propia consellera de Compromís. Y fue el director general de Medio Ambiente el elegido, el encargado de anunciar su adiós. Desde entonces, ¿han vuelto a oír o leer algo de la muerte de los animales? Pues creo que el asunto ha quedado cerrado para todos. Se admitieron los errores y se depuraron responsabilidades. Y ya podremos discutir si estas son suficientes o no. Pero, de momento, vaya eso por delante. El caso de Oltra y los abusos de su exmarido a una menor adquieren, evidentemente, una dimensión mayor. La consellera, en su momento, anunció que asumía toda la responsabilidad. Eso parece que era -y es- un buen punto de partida. Pero, ¿en qué se traduce asumir toda la responsabilidad? Porque proclamar eso y no hacer absolutamente nada parece un contrasentido. El caso es que la primera indicación desde Igualdad fue cerrar puertas. Un fortín. Muralla defensiva. Todo se hizo bien, fue la idea que se vendió. Y fue entonces cuando llegó la segunda sentencia, sin miramientos, a la hora de criticar la actuación del departamento. Sin ánimo de ser exhaustivo, ¿cómo un informe puede estar dos años 'desaparecido' en la conselleria?; ¿cómo puede ser que la consellera tardara siete meses en enterarse de un asunto de esta naturaleza?; ¿cómo puede ser que se encargara todo un expediente reservado sobre la menor cuyas conclusiones resultan ser todas negativas para la víctima?. Pues bien, tras este cúmulo de despropósitos, no necesariamente culpa de la consellera, nadie ha salido con un: 'Perdonen ustedes, yo después de todo esto me voy'. Salidas voluntarias o forzadas, igual da. Existe malestar entre algunos de los cargos imputados en Instrucción 15 de Valencia para investigar estas incidencias. Y veremos cómo eso finalmente acaba -o no- recogido en las declaraciones que tarde o temprano prestarán en el juzgado tras la orden de la Audiencia de que se investiguen las actuaciones de Igualdad con independencia de lo que decida el Tribunal Supremo. De momento, el juzgado todavía no ha movido ficha. Lejos de apagarse, este asunto, que ha saltado al ámbito nacional, ha ido ampliando derivadas con el paso del tiempo. Y ahora quizá sea ya tarde para adoptar una decisión al estilo Mollà.