Secciones
Servicios
Destacamos
Antes que nada, una aclaración: la Fukumoto no es más que una variedad de naranja de origen japonés -como se deduce por su nombre- que ... también se cultiva en campos valencianos, aunque no en gran cantidad. El caso es que está presente entre nosotros y puede que crezca algo en años próximos, dada su calidad.
La cuestión empezó, en el grupo de wasap de unos citricultores, con el spot bienintencionado de uno de ellos para tratar de convencer a posibles consumidores sobre la mejor manera de diferenciar las naranjas valencianas de las importadas de Sudáfrica y otros países que aún invaden muchos supermercados, mientras que los campos valencianos, repletos de fruta madura, están sin recolectar.
La intención del productor es contribuir a mostrar al público no avezado cómo diferenciar unas naranjas de otras. Para ello enseña a la cámara del móvil una rama de naranjas Navelina, indicando que tienen ombligo (navel en inglés), mientras que las que tiene al lado en otro árbol son claramente de otra variedad, afirmando que éstas, aún verdes, son las sudafricanas, de la variedad 'Valencia'. Una comparación que, pese a la buena intención, sólo puede generar confusión entre el público, si no median más explicaciones de detalle que no caben, naturalmente, en un mensaje improvisado. ¿Cómo que son sudafricanas las naranjas que me enseña este señor que dice que está en un campo de Valencia? ¿Y cómo es eso que son sudafricanas las que se llaman 'Valencia', y están verdes, cuando en el supermercado las veo maduras, y las de aquí se llaman Nável, que es ombligo en inglés?
Para terminarlo de complicar tercia otro productor, preocupado por dejar claro que sus naranjas Fukumoto «también son valencianas y no tienen ombligo». ¿Cómo que valencianas, con ese nombre japonés?, pensará cualquiera. Y a renglón seguido, otro que advierte: «La Fukumoto tiene ombligo, porque es también naranja del grupo Nável. «Pero tiene poco ombligo», insiste el productor inquieto por lo suyo. «Pues lo dejaremos en semi-ombligo», remata el otro. Y así se diluye el esforzado ingenio. Todo menos centrarse en lo esencial y confiar en profesionales para que comuniquen con eficacia lo que queremos decir. Como sucede tan a menudo, preferimos irnos por las ramas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Una moto de competición 'made in UC'
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.