Oprobio al Bous al Carrer
AL COMPÁS ·
PEDRO TOLEDANO
Martes, 12 de mayo 2020, 07:29
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AL COMPÁS ·
PEDRO TOLEDANO
Martes, 12 de mayo 2020, 07:29
Una porción de ciudadanos que se llaman progres sin ser capaces de expresar en que consiste tal progresía, se han sumado a populismos e ideologías de toda laya, para menospreciar el mundo del toro -de lidia y festejos populares- y con ese retintín sectario que les caracteriza piensan que atacar a todo lo taurino es defender a los animales. Puro simplicismo, estupidez mayúscula e hipocresía de fariseos. Atacando el mundo del toro atacan a ganaderos, aficionados, profesionales, empresarios y todo el entorno cultural que esa tradición genera y ha generado. Pero además ponen en entredicho una economía que proporciona recursos notables y cuyo mantenimiento garantiza como pocos el equilibrio ecológico.
Pero lo que más duele de estos comportamientos no es su existencia, en democracia la pluralidad y la discrepancia son su mayor garantía, lo que acongoja es que tengan la cobertura de políticos que presumen de enarbolar la bandera de la tolerancia enmascarados en un sectarismo pertinaz. Sus ataques al mundo del toro, nos referimos a los de los gobernantes, con más énfasis los de nuevo cuño, son un ejemplo de la contaminación sectaria que nos invade, de la irresponsable dejación de una tradición rica en matices y sugerencias artísticas y de la vacuidad intelectual de los políticos.
Este relato viene a cuento, no ya por las raquíticas ayudas que el último Consejo de Ministros aprobaba para los profesionales del toreo -subalternos-, sino por el malestar provocado por la Consellería de Agricultura que preside Mireia Mollá, de Compromís, entre los ganaderos del bous al carrer. El sector la acusa de actuar con «sectarismo político» y «fundamentalismo animalista», al excluirles de las ayudas por la crisis del coronavirus, lo que aboca al sector a una situación muy problemática en la que seguramente no habrá más remedio que tener que sacrificar unas 6.000 reses bravas.
Oprobios de tal calibre retratan nítidamente a quienes los provocan.
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