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El pacto de no agresión Puig-Oltra

EL FRANCOTIRADOR ·

Héctor Esteban

Valencia

Jueves, 6 de enero 2022

El pasado lunes, LAS PROVINCIAS desvelaba el informe del Síndic de Greuges, Ángel Luna, en el que pedía a la conselleria de Políticas Inclusivas que ... intensificara el control sobre los menores tutelados frente a los abusos sexuales. Ese mismo día, el PP anunció que ampliaba la denuncia que tiene presentada en Bruselas después de que se conociera que 175 niños y niñas han sido víctimas en los últimos tiempos de estas prácticas deleznables, sean en un centro o en un piso de acogida. La respuesta del Botánico, y de alguno como el exciudadano Alexis Marí que parece que tiene que justificar el sueldo de su esposa en el Palau, fue salir en tromba en defensa de la vicepresidenta y consellera de Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, que se ha convertido en la intocable del Consell. Cada vez que alguien lanza una crítica contra la lideresa de Compromís la orden es elevarla a la condición de mártir. Me sorprende los esfuerzos por hilar un cordón sanitario alrededor de Oltra en lugar de tratar de hacer autocrítica y tratar que estos hechos lamentables no se vuelvan a producir. Nadie juzga a la vicepresidenta como mujer, madre y esposa. El que lo haga es un cretino. Pero es un cargo público al que hay que pedir responsabilidades y las consecuencias de su gestión son gravísimas. Más allá de la oposición, los informes del Síndic de Greuges son contundentes y ponen en el foco la labor de Igualdad y Políticas Sociales. Oltra fue la primera que de manera gratuita subió a la tribuna de Les Corts a calificar de abusador sexual a un monitor de un centro que luego fue absuelto. La vicepresidenta no tuvo el valor de pedir perdón a esa familia. Llama la atención los alegatos en redes sociales del portavoz del PSPV, Manolo Mata, a favor de Oltra, con la que siempre se ha llevado muy bien y con quien ha colaborado en más de algún asunto del despacho de abogados. La pleitesía que pagan los socialistas es la misma que reciben de Compromís, en ese pacto verbal de no agresión que parece que han firmado el presidente del Consell, Ximo Puig, y la vicepresidenta, Mónica Oltra. Desviar la mirada de la gestión en los centros de menores puede tener su contraprestación en no escarbar mucho en la catarata de subvenciones que reciben Francis Puig y sus socios del cártel de las productoras. No queda bien que el hermano del jefe del Gobierno valenciano sea multado por Competencia por hacer trampas para llevarse dinero público. Porque pactar precios con otras empresas para ganar un concurso de À Punt es juego sucio. De la misma manera que tampoco valdrá la pena preguntarse por qué Mata va en coche oficial a la cárcel de Picassent para reunirse y defender al cabecilla de la trama de un caso de corrupción que salpica a una etapa reciente del PSPV. Por mucho acuerdo de gobierno que haya, que no olviden las partes afectadas que gestionan por el bien colectivo y no para tapar las vergüenzas.

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