Pon reguetón, berrea una voz de lija apenas extiendo en la arena la primera toalla del año, y con eso me basta para maldecir al sol y al temporal que no retrasó lo suficiente el verano. Cuando el mono de Kubrick lanzó al aire su ... hueso, la celebérrima elipsis nos privó de los matices de la evolución humana. El Fary descubrió entre los sapiens al hombre blandengue, Juan y Medio al niño corneta, y yo reivindico la figura del padre desvelado, sofá trasnochador, reloj avizor, móvil próximo por si tocan a rebato. Obcecados entre planes de estudios y guerrillas curriculares, olvidamos sellar las fisuras que rezuman porquería. La enseñanza corre más que la escuela, y si a nuestros padres los forjaron Marcial Lafuente o Corín Tellado y a ti y a mí Enid Blyton, el catón de los hijos de hoy, su cuaderno Rubio, lo escribe un 'latin lover' de música garrula y peligrosa. Él los educa por nosotros, unas veces ingenuos al creer todo bajo control, otras en dejación de funciones, y tarde o temprano presas de la impotencia, arrollados por los acontecimientos, ciegos ante la quimera del control parental. Farruko les invita a ir empastillados a la discoteca; bebiendo, fumando y jodiendo, por supuesto. Mátame y maltrátame, presienten Myke Towers y Ozuna que les pide Karol G., a la que escupen ya eres mía. Las mujeres como tú son las que hay que tener de esposa, vuelve a la carga el tal Towers, porque en la cama eres talentosa. Riman su Kamasutra para pornoinfantes Bad Bunny y compadres, muévelo, muévelo, a vueltas con su 'lollipop', pero es siguiendo la letra de Kino 'El laudable' como llegamos al tesoro. «Con el Twitter engañaste a tus papás -presume el alabado-, no se imaginan los mensajes del Whatsapp». Le sobra la razón, oh padre desvelado, pues ni descerrajando la cuenta privada de tu hijo en Instagram cantarías victoria. Aún te faltaría sonsacarle su perfil falso, la doble identidad que desviste angelitos. Mira mi culo arrugado, protesta una cría, doce años máximo, domingo por la tarde, en reproche a la amiga cuya foto le arruina su cosecha de 'likes'. Tal vez halle otra oportunidad en Tik Tok, ventana a vídeos bobos o contenido porno, el usuario elige, perdida por sobreexposición la noción de los límites. Ya tenemos todas las piezas del puzle. Sólo falta hojear el periódico y encajarlas. Al menos esta mañana hay suerte, pienso cuando al «pon reguetón» playero que aterra mis oídos replica una voz piadosa: «No será en este móvil». Vano eclipse a 35 grados. «Busca una playlist de canciones de verano», tercia un fulano, y pronto deja de preocuparme el riesgo de insolación, mal menor mientras su altavoz perrea con mis pesadillas. «La niña es una borracha, pero buena muchacha». Y tú un poeta, Uzielito Mix. Dale, papi.
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