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Un país de cartón piedra

Un país de cartón piedra

PLAZA REDONDA ·

Estamos cruzando todas las líneas rojas, ninguneando el respeto y tratándonos como si fuéramos meros ninots

Jesús Trelis

Valencia

Sábado, 25 de febrero 2023

Decía el pasado miércoles el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que caricaturizar al empresario como si fuera el ricachón del Monopoly «es ... injusto, anacrónico y, sobre todo, falaz». La realidad es que hemos acelerado el paso a la hora de intentar desprestigiar a quien no comulga con nuestra forma de pensar y de hacer. Condenamos a quienes no entran en nuestro universo ideológico o en nuestros intereses particulares. Y eso es, en verdad, lo injusto y anacrónico. Porque lo que Puig denunció se podría quedar en una mera defensa del colectivo empresarial que realizó de forma estratégica y en el lugar oportuno. Pero, más allá de eso, nos debe servir para pensar si no estamos unos y otros tendiendo a ridiculizar, rebajar o desprestigiar a todo aquel o aquello que no comulga con nosotros. Porque, una cosa es defender unos principios e incluso criticar de forma beligerante acciones y actitudes que no compartimos, y otra muy diferente es atravesar todas las líneas rojas y sembrar todo de insultos, ofensas y provocaciones con tal de intentar imponer nuestro criterio, como si fuéramos los jefes de una tribu que está por encima del bien y del mal.

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