Se habla mucho de que falta talento y de que las empresas no encuentran perfiles cualificados y poco de que el abismo en este campo aún es mayor entre las mujeres
Petición. Las cumbres dan mucho más de sí que el titular que suele abrir la información del día después. Y la impulsada por la ... fundación Conexus con empresarios valencianos y madrileños no iba a ser ajena a ello. Más allá de esa exhibición de unidad empresarial y de vender las relaciones entre las dos autonomías, los ponentes lanzaron una alerta que no es nueva y que, precisamente por ello -porque parece que no se avanza- llama la atención: falta talento en las empresas, no se encuentran perfiles especializados en ámbitos como ciberseguridad, inteligencia artificial, ciencia de datos... Es decir, profesiones de las carreras STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés), que habrán escuchado mucho a lo largo de este año porque de ahí saldrán los empleos del mañana.
Empleo. Dos datos: en España hay unos 10.000 puestos de trabajo en el ámbito de la tecnología que no se pueden cubrir actualmente por la escasez de perfiles cualificados y la digitalización permitirá crear 1,25 millones de nuevos puestos de trabajo. Las STEM pisan fuerte. Esa llamada de atención venía a sumarse a otras hechas por entidades como la Cámara de Comercio de Valencia, que hace ahora un año ya alertaba en un informe de las dificultades de las empresas para encontrar mano de obra cualificada y de la desconexión entre la oferta y la demanda.
Brecha. Es cierto que administraciones y empresas están dando pasos para remediar esta situación de la que tanto se habla, pero hay otra brecha que también es necesario atajar y que se escucha menos: el abismo de las mujeres en este campo. Cada vez hay menos mujeres en los estudios de informática, decían Nuria Lloret y Nuria Oliver en un congreso organizado por EVAP. Y de nuevo las cifras dan la razón: menos del 33% de los investigadores en todo el mundo son mujeres (informe de la Unesco); en estudios de máster en Ingeniería representan el 32%, cifra que desciende a un 20% en doctorados de Informática e Ingeniería (Ministerio de Ciencia); 24 de cada 100 universitarios escogen una rama STEM y, de ese número, sólo ocho son chicas (Universidad de Comillas)...
Razones. Los expertos apuntan a prejuicios, normas sociales y expectativas. Traducido: las niñas experimentan un sesgo hacia las asignaturas STEM percibiéndolas como difíciles y pensando que sus capacidades para estas asignaturas son inferiores a las de sus compañeros, a lo que se suma esa imagen que liga estos estudios o profesiones a un hombre 'friki' y con pocas habilidades sociales. Dicho de otra forma: falta visibilizar a más referentes femeninos en estos ámbitos. Haberlas, haylas, aunque no lleven una pancarta. Sólo así será posible lograr más vocaciones STEM y evitar agrandar la brecha de la desigualdad.
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