Secciones
Servicios
Destacamos
Era la sexta ocasión en la que Riccardo Muti dirigía a la Filarmónica de Viena para el Concierto de Año Nuevo pero la primera vez en la que lo hacía frente a 2.000 butacas vacías. En la sala dorada del Musikverein no había público pero eso no impidió que se escucharan los aplausos de los espectadores conectados a través de internet. Tampoco hubo asistentes en la excepcional actuación de Nacho Cano en la Puerta del Sol. Ni a la orilla del Támesis para presenciar los tradicionales fuegos artificiales que se cancelaron. En casi todo el planeta hemos visto una Nochevieja de vacíos en las grandes plazas donde antes se congregaban multitudes. Sin embargo, desde China han distribuido imágenes con aglomeraciones de miles de personas en calles y discotecas de Wuhan festejando la llegada de 2021. Dentro de poco aterrizará en esa zona cero un equipo de la Organización Mundial de la Salud(OMS) que, doce meses después de las alertas iniciales, tiene la misión de averiguar cómo se produjo el brote de un virus que ha puesto en jaque a la humanidad. Aparentemente en el lugar en el que todo empezó están en pleno proceso de resurrección. O eso es lo que la propaganda china asegura cuando lo promociona como destino turístico. «La ciudad heroica», como la denomina el presidente Xi Jinping, está limpia de SARS-CoV-2 según el gobierno chino que asevera que no se han producido contagios locales allí desde el pasado mayo. Las cifras oficiales que publican sobre su remontada contra el coronavirus son cuasi milagrosas. Igual de prodigiosa es también la fortaleza financiera que está acumulando China en el nuevo tablero internacional pandémico acortando pasos hacia su objetivo de alzarse como primera potencia económica mundial. Será en febrero, siguiendo los ritmos del calendario lunisolar, cuando los chinos digan adiós al 'año de la rata' para dar la bienvenida al 'año del búfalo o del buey'. Pese a que falta algo de tiempo para ese cambio de etapa, si leemos y creemos las noticias que difunde la República Popular, parece que se les haya anticipado.
En las últimas semanas se había generado un sentimiento compartido de esperanza de que con las campanadas se evaporaría el 'annus horribilis' pero la cuesta de enero se plantea cruda en los hospitales. Además, a la crisis del coronavirus se suma la crisis de salud mental que sufre y va a sufrir buena parte de la sociedad como consecuencia del impacto de la COVID-19 en la cotidianidad. Es lo que el neurocientífico Facundo Manes ha calificado como «la otra pandemia». Un problema que, según avalan sus investigaciones, está provocando angustia, ansiedad y agotamiento no sólo en personas mayores. A la espera de que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto, sólo queda la autoayuda y la solidaridad. Como defiende el doctor argentino, se puede cambiar la manera que pensamos para modificar la manera en que sentimos. Porque está demostrado que lo primero determina lo segundo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.