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Urgente Los Bomberos recomiendan a los vecinos desalojados por el incendio de un bingo en Valencia no pasar la noche en el edificio

Mi libertad de expresión no ampara que pudiera publicar en esta columna que habría que darle con un piolet en la cabeza a José Bono. Los actos vandálicos que hemos visto en Barcelona o Valencia a cargo de gente totalmente fuera del sistema democrático, no restan gravedad al hecho de que representantes políticos se hagan eco de las protestas y defiendan la legitimidad de los vándalos.

En mi vida oí hablar del rapero Pablo Hasél y mucho menos había escuchado alguna de sus canciones. Sin duda no siguió de cerca el camino de Lope de Vega, Espronceda o Rosalía de Castro. Ni de lejos. Rima peor que un amojonador y su gusto por el noble arte de la música es doloroso y torturador: «...No me da pena tu tiro en la nuca pepero...» o «...Merece que explote el coche de Patxi López...». Realmente, no le daría mayor importancia a las creaciones propias de un perturbado de manual, siempre y cuando la ley tomara cartas en el asunto y pusiera a este individuo donde correspondiera, como así ha sido: cárcel tras la condena por enaltecimiento del terrorismo y por injurias a la Corona. Hubiera podido ser un hospital psiquiátrico por la gravedad de sus actuaciones, pero si la justicia ha considerado cárcel para este desafortunado joven, así sea.

Como consecuencia de su detención, cientos de manifestantes provocaron graves altercados en ciudades como Valencia, viéndose obligados los antidisturbios a intervenir frente a la violencia «democrática» de quienes se quejan de la falta de la misma, perdiendo así todo argumento a menos que salga un Carles Mulet para legitimarlos. ¿Quién es este señor? Filósofo que trabajó como auxiliar administrativo en EUPV, auxiliar administrativo en Compromís, auxiliar administrativo en el ayuntamiento de Villareal y ahora ocupa puesto de senador por Compromís (iba mejor de cálculo, que de letras). Siendo ya senador solicitó autorización de actividad privada para vender frutas y verduras en negocio familiar durante algunos fines de semana. Mulet es una caja de sorpresas. Lo mismo te vende un kilo de tomates, que te defiende meterle un pepino bajo el coche de Patxi López. Es el mismo que pide la cabeza de la delegada del Gobierno, Gloria Calero, por «una actuación policial intolerable contra las manifestaciones que reclamaban la libertad de Pablo Hasél». Si hubieras recibido por correo hace unos años una bala de 9 mm Parabellum dentro de un sobre, ¿hubieras sido tan valiente, Mulet? Pues señores, esta es la gente que cobra de nuestros impuestos y que tiene capacidad de decisión sobre nuestras vidas.

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