Borrar
Urgente Lluvia de premios en La Primitiva hoy: más de 193.280 euros entre diez jugadores este sábado

Eres consciente de que puede caer todo el mundo?« Lanza la pregunta Manuel López-Vidal, interpretado por Antonio de la Torre. «Soy consciente de millones de cosas que eres incapaz de imaginar», responde un imponente José Luis Frías, encarnado por Josep Maria Pou. El primero era subsecretario regional de un partido y había sido ungido por el segundo, su longevo y poderoso líder, como favorito a sucederle hasta que la corrupción estalla en los medios y Manuel cae en desgracia porque es elegido como cabeza de turco. Pero el protagonista, acorralado por los chanchullos, no quiere hundirse sólo e intenta poner en marcha el ventilador. ¿Les suena la película? Es la trama de 'El Reino' pero podría ser la de cualquier formación política. El largometraje de Rodrigo Sorogoyen nos transporta a muchos de los trazos que se van componiendo de la denominada 'Operación Kitchen'. La investigación judicial apunta que, presuntamente, desde el Ministerio del Interior dirigido por Jorge Fernández Díaz se organizó un grupo parapolicial de vigilancia con el objetivo de sustraer a Luis Bárcenas documentación contable comprometedora que pudiera implicar a la cúpula del PP en los tiempos en que bullía la Gürtel. Para ello, según el sumario, contrataron al chófer del extesorero como espía a razón de 2.000 euros mensuales, ¡2.000 euros!, a cargo de los fondos reservados. El origen de estas pesquisas, que forman una pieza separada del caso Tándem, hay que buscarlo en Villarejo. Otra vez Villarejo. Y otra vez un pendrive. Un USB que se encontró en el domicilio del excomisario que hacía referencia a un dispositivo «kitchen o cocina». Que Villarejo es a la corrupción lo que el turrón a la Navidad no es nuevo. Y que en política cuando se destapa un pastel de tamaña dimensión el reconocimiento de los hechos brilla por su ausencia, tampoco. Esconder la cabeza cual avestruz como estrategia no es una vía que pueda contribuir a forjar a un líder todavía en construcción como Pablo Casado. Hasta ahora su única reacción oficial era la del «en esos años yo era diputado por Ávila». Ayer cambió ese discurso por el «no voy a pasar ni una». Lo dijo en una entrevista concedida a Herrera en Cope donde aseguró que «quien la haga la va a pagar» y recordó su compromiso con la «regeneración». Había ganas de que dejara que se le preguntara a micro abierto porque la última vez que lo vimos fue asistiendo a un acto en Arroyomolinos (Madrid) que no figuraba en su agenda y del que Génova distribuyó imágenes y declaraciones enlatadas. Parece difícilmente compatible regenerar recurriendo a la táctica del plasma que representa otra de las malas costumbres del pasado. Sobre todo si lo que se pretende es despojarse de todos los vicios de aquel pasado. No es fácil cortar con el lastre de la corrupción. Felipe VI ha tenido que renunciar a una herencia envenenada y romper cualquier vínculo con el emérito, su padre, para salvar a la monarquía.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias No pasar ni una