Esto también pasará

Cada miércoles que vuelvo por aquí supone que ha pasado una semana más y eso, en las circunstancias en las que estamos, es un motivo de alegría y esperanza. Una ya ha perdido la cuenta del tiempo que llevamos en casa y lo que nos queda todavía. Pero tengo que decir que marzo se me ha pasado volando y abril ya está aquí. Cuando me paro a pensar, que es a menudo, tengo la sensación de que nada volverá a ser como antes o por lo menos tardaremos en volver. Mi vida no era fácil antes de todo esto y tenía que ser fuerte. Ahora lo es más difícil todavía por lo que me toca ser aún más fuerte.

En la vida uno, casi siempre, elige como vivirla. Yo elegí vivirla sola, eso sí, siempre con mi familia y amigos cerca. Esa soledad de la que disfrutaba ahora se ha convertido en melancolía. Es ahora cuando envidio a esas familias con niños correteando por los pasillos. Que hablan y juegan, discuten y ríen pero, ante todo, se hacen compañía. Es momento de sacar fuerzas y como siempre lo he hecho sé que puedo. El mes de abril es especial para mi. Es primavera, mi estación preferida, y celebro mi cumpleaños. Y la celebración este año será distinta pero el año que viene lo haré a lo grande.

Hace un año, un año ya, estábamos haciendo planes para viajar a Sevilla a la final de la Copa del Rey. Todo era alegría y felicidad. Disfrutamos planificando el viaje con toda la familia. Los más pequeños vivían con ilusión su primera gran final. Y los más mayores como si lo fuese. De esto, como he dicho, hace ya un año. Por eso, porque el tiempo pasa muy rápido, un mes más no es nada. Me vienen ahora a la cabeza esos aficionados de la Real Sociedad y el Athletic de Bilbao que tanta ilusión tenían por vivir esa final y que han visto su sueño truncado. ¡No me quiero imaginar si nos llega a pasar a nosotros!

Por sacar algo positivo de todo esto, si algo bueno está teniendo este confinamiento es que distintas televisiones nos están dando la oportunidad de rememorar partidos históricos de nuestro equipo. De no haber sido por esta situación no los hubiésemos vuelto a ver. Es una oportunidad, además, para que los más pequeños vean lo que tantas veces les hemos contado.

Nos queda un mes por delante para seguir luchando. Un mes para ver más cerca la luz. Y entonces, poco a poco, nuestras vidas seguirán. Todo en la vida tiene su tiempo, así que, igual que disfrutamos de los buenos momentos porque no duran para siempre, celebremos también estos, porque también pasarán. Gritar juntos en estos momentos ese 'Amunt!' tan nuestro cobra ahora más sentido que nunca.