Pasear ovejas

El zapeo televisivo nos lleva a recalar en un reportaje sobre la trashumancia. Naturalmente, en 'La 2'. Unos pastores conducen un gran rebaño de ovejas hasta una zona fresca en las estribaciones pirenaicas. Es primavera, las temperaturas van subiendo, los pastos ya escasean en las zonas bajas y los ganaderos llevan los animales hasta las verdes praderas de montaña. Meses después, cuando se acerque el frío y la amenaza de nieve, harán el viaje contrario: regresarán a los puntos de partida para pasar el invierno con menos rigores meteorológicos y más hierba para el ganado.

Un integrante de la familia hace el viaje en furgoneta y se ocupa de la intendencia. Carga en ella colchonetas, ropa y los avíos para preparar cada día la comida y se desplaza hasta el punto final de cada etapa, donde prepara el pequeño campamento en los pequeños albergues utilizados cada año para ello. Antes ha pasado por algún pueblo para comprar lo necesario. Cuando llegan los otros con el rebaño lo encierran en una cerca que montan y desmontan cada jornada, cenan y duermen.

Durante el trayecto van explicando detalles del recorrido, cuentan anécdotas e historias de otros años o que les contaron, muestran la belleza del paisaje y las dificultades de su periplo, enseñan cómo curan a las ovejas heridas o que enferman, cómo atienden a las que paren...

En los pueblos les saludan al pasar, algunos ayuntamientos disponen de instalaciones que han remozado para albergar a estos y otros trashuman en mejores condiciones que antaño. También los gobiernos regionales se ocupan de atender estas cosas, en consonancia con la atención social que despierta lo que rodea a la trashumancia... Aunque al final resulta que los pastores se han hecho mayores y casi prefieren pagar un camión para que lleve las ovejas de regreso a casa. Total dos horas de viaje en vez de ocho o nueve duras jornadas a pie.

Pero ni una mención a los precios y mercados; de lo que ganan o pierden... ¿De qué viven estos hombres, a quién le venden? Ni una palabra sobre mataderos y las chuletas que nos comemos. ¿Se dedicarán sólo a pasear ovejas por el monte? Todo bien bucólico, que no se lastime alguna alma sensible. ¿Se dedicará esta gente sólo a pasear ovejas por el monte?