Pasito a pasito

El optimismo crece y eso es bueno, ya que gracias a ello los nubarrones del pesimismo desaparecen poco a poco. En esta endiablada partida de ajedrez las fallas van ganando gracias a su trabajo, seriedad y prudencia, aunque siempre haya flecos por cerrar. Entre los más importantes se encuentra el ajuste de la normativa de los casales con el objeto de poder retomar más y mejor su habitual actividad. En este punto, ya lo he remarcado en otras ocasiones, Sanidad tiene que mostrarse a favor de que los casales recuperen su función de núcleo de convivencia, imprescindible por otra parte para el cumplimiento de las actividades marcadas por la JCF.

Y siempre cumpliendo, como ha sido la tónica habitual, las normas sanitarias. Se avecinan meses de intensa actividad y sacrificio personal, ya que el periplo entra de lleno en el mes de agosto; un tiempo de vacaciones que el fallero está dispuesto a alternar para tener a punto su fiesta a principios de septiembre. Por todo ello las instituciones deben implicarse con mayor intensidad y, sobre todo, ayuda en los parámetros inherentes al festejo para cerrar con éxito este ciclo festivo. Un cierre deseado y cada vez más cercano.