Con paso firme

Se ha escrito mucho sobre el partido que jugamos contra la Real Sociedad el pasado domingo, pero no quiero dejar pasar la oportunidad de dar mi opinión. Con 0 a 2 pocos, casi nadie diría yo, confiaba en sacar un punto. Cada vez tengo más claro que el principal culpable del desesperante juego del equipo y de las pésimas decisiones tácticas que se toman, es el entrenador. Cuando todo el mundo vemos, no somos entrenadores pero tampoco somos tontos, que se necesita hacer cambios para intentar reactivar al equipo, el entrenador parece querer no buscar la victoria y de paso mandar un mensaje a los de Meriton no sé muy bien con qué intención. Pidió fichajes y se hicieron 3 y yo sólo recuerdo haber visto jugar a Cutrone unos minutos en San Mamés y algo más a Oliva. Por cierto, sacarlo en el minuto 95 es un gesto muy feo del entrenador hacia un jugador que llega nuevo y espera minutos. De Ferro ni opino. Todos vimos como Maxi no está en su mejor momento y, además, perjudica al equipo con sus niñerías. Cutrone viene de marcar goles con su selección y si no le das una oportunidad ahora, ¿cuando se la vas a dar? Que Soler y Racic no funcionan juntos en el centro del campo lo llevamos viendo toda la temporada. Habrá que probar otro sistema. En fin, este equipo es desesperante. Y sí, la culpa de todo lo que nos sucede es de Meriton, no me olvido, pero el entrenador también participa y tiene nombre y apellidos: Javi Gracia. Insisto, como dije al principio de la temporada, que nuestro objetivo 'deportivo' es la permanencia pero, a poder ser, sin sufrir demasiado. Y nuestro otro objetivo, quizás el más importante, es intentar conseguir que el club vuelva a quien siempre ha pertenecido, al valencianismo. El club es nuestro, de nuestros abuelos, de nuestros padres y será de nuestros hijos y nietos. Para intentarlo al menos, y poder decir que luché por ello sin quedarme al margen y ver como otros nos lo quitaban, hace ya unos meses un grupo de locos valencianistas decidimos emprender un viaje con el fin de poner nuestro granito de arena para cambiar la situación que vive el club. Conscientes de que esto no iba a ser fácil y de que serían y serán muchos los obstáculos que nos encontraremos en el camino, pudo más nuestro corazón valencianista que saber de la dificultades a las que nos enfrentábamos. El esfuerzo, la pasión y, sobre todo, el alma que le ponemos a esto todos los que formamos ya esta familia es inmenso. La multitud de muestras de apoyo de gran parte del valencianismo nos llena de orgullo y nos anima a seguir luchando por lo que es nuestro. De Torino a Mestalla sigue, con paso firme.