PERE 'FUET'

Pedro Sánchez (Pere Fuet) cumplió con su propósito de convocar un Consejo de Ministros en Barcelona, muy cerca de la cigala (¿o es un bogavante?) que erigió el artista Mariscal en los años del '¿diseñas o trabajas?'. Barcelona 1982, cuando era la ciudad española de la modernidad, el diseño, los grandes novelistas y periodistas y lo más parecido a París. Un trocito de Europa en España.

En el asunto del diseño hubo, sin duda, exageraciones. En un nuevo restaurante, el interiorista fue presa del desvarío e instaló unas sillas mal equilibradas. Para presenciar alguna caída, el gran periodista Xavier Domingo me propuso que fuéramos a comer.

El comedor era muy mono, de estilo sureño de 'Lo que el viento se llevó'. Estábamos más atentos a una previsible caída -o dos, en ocasiones- que al 'suquet d'escòrpora', elaborado a la manera de los pescadores de VilaNova i la Geltrú, para nosotros -antinacionalistas- Villanueva y la Gertrudis.

Un ruido de vajilla rota y un «me cagu'en déu!» nos obligó a mirar hacia nuestra izquierda. En el suelo, a punto de ponerse de pie, un señor de mediana edad, vestido con un traje de alpaca azul marino. La salsa del 'cap i pota' (callos) le había caído, precisamente, en su blanca camisa. Nadie se rió. Era el esperado 'gag' del restaurante.

Cuando estábamos tristes, Domingo y yo cenábamos allí, a la espera del 'gag'. Xavier era un mentiroso de primera división. Contaba falsas anécdotas con tanta teatralidad y convencimiento que todos los contertulios -menos yo- las creían. Esta es una de las más brillantes: «En Palma de Mallorca conozco a un ciego capaz de adivinar el color del pelo del pubis de una mujer solo con su tacto. Inmediatamente sabe si es rubia, morena, castaña o teñida». «¿¿¿¿Sí?????, se interrogaban a coro las crédulas jóvenes.

Ahora no hay motivos para disfrutar del ingenio de Xavier Domingo (fallecido en 1996) o Luis Bettónica (murió en 2008). La Barcelona -la Cataluña, en suma- que conocí, cosmopolita y vanguardista, hoy me produce rechazo cuando no asco con su política 'ruralista' de 'cacau i tramussos' o los 'Amics de la Sardana d'Olot'. Cuanto más se interna uno en el interior, más primitivismo cultural y social sale a su encuentro.

Por no hablar de las políticas municipales de Barcelona, donde la alcaldesa Ada Colau ha conseguido que la señorial Barcelona se convierta en un caos/basurero. La raza degenera tanto, asegura Pepe Isbert en la película 'El verdugo', como para que la alcaldesa de una capital tan compleja de administrar esté dirigida por una señora cuyos únicos estudios son los que cursó en la Academia Febrer.

¿Y el desastre del Barri del Raval? En los años 60-80 del siglo XX se podía transitar tranquilamente. Y comer en Casa Leopoldo una suculenta cocina catalana tradicional. Era uno de los restaurantes favoritos del detective Pepe Carvalho. Y sus 'torrades amb tomaca i pernil', sin rival. Volví hace 15 meses. Sin comentarios.

Los independentistas, con Pedro Sánchez de títere, están acabando con grandes restaurantes. La ciudad acogedora es hoy una frontera hostil. Hasta una niñata de FNAC, siguiendo instrucciones, se empeñó en hablarme en catalán. Puedo hacerlo. Pero me negué por su fanática insistencia. El colmo (de la risa) fue un camarero nacido en Zamora y cuyos padres emigraron a Cataluña a mediados de los años 60 del siglo XX. Buen profesional. Y atento. Un pero... Es independentista, a pesar de que nació en Zamora. Le pregunté por qué era independentista si era zamorano. No supo qué responder.

Así que el presidente títere Pedro Sánchez ya está de nuevo en su casita de papel. A Torra le ha regalado unos cuantos millones (nuestros), ha rebautizado el aeropuerto de Barcelona (Josep Tarradellas, no confundir con una marca de 'fuet') y ha rechazado la condena contra Ll. Companys a treinta años de prisión (incluidos todos sus 'consellers') por su golpe de Estado contra la II República el 6 de octubre de 1934. Otra traición. ¡Abróchense los cinturones!