Borrar
Urgente Un incendio en un bingo desata la alarma en el centro de Valencia
Recreación de la nueva plaza, con una pérgola a la derecha. lp
Ojo con las pérgolas

Ojo con las pérgolas

CAP I CASAL ·

La reforma de la plaza de Brujas y el entorno de la Lonja depara sorpresas como dos enormes estructuras para placas solares

Paco Moreno

Valencia

Lunes, 17 de agosto 2020, 07:43

En estas cuatro semanas de vacaciones/confinamiento que ha disfrutado servidor, el gobierno municipal ha desatascado por fin el concurso de obras para la reurbanización de la plaza Ciudad de Brujas, la del Mercado y varias calles colindantes que rodean la Lonja, la iglesia de los Santos Juanes y el Mercado Central, es decir, la zona más bella del centro de Valencia. Casi siete millones de euros (IVA aparte) para un encargo endiablado al afectar a un edificio Patrimonio de la Humanidad y al auténtico corazón social del cap i casal, su mercado.

De ahí que me sorprendan varias cosas del proyecto ganado por la UTE Quintana-Peñín, a los que desde luego no quiero enmendar nada en el aspecto técnico. Pero es que cada vez que paso por la avenida Cataluña y veo la torre Miramar o circulo por la pista de Silla y contemplo la fuente decorada con anzuelos como salidos de una pesadilla me arrepiento de no haber escrito lo suficiente sobre la inutilidad y el arte de catálogo que suponen ambas estructuras, que se quedarán para los restos en la fotografía de Valencia si un buen movimiento sísmico no lo remedia.

Eso es lo que me pasa, esa picazón constante, irracional y puede que hasta equivocada, al repasar la memoria del proyecto para la plaza Ciudad de Brujas y contemplar las dos enormes pérgolas que serán colocadas junto al mercado y la parte próxima a los Santos Juanes. Ya sé que debajo hay un aparcamiento subterráneo y no se puede plantar nada que dé sombra, pero me chirría sobremanera que la solución pase por colocar sendas piezas que suman 481 metros cuadrados y llegan en uno de los casos a los nueve metros de altura.

Es más, en la segunda se incluye un graderío de nueve peldaños encima de la ventilación del aparcamiento, algo que ha pasado desapercibido estos largos años de tramitación del proyecto. La justificación de esta parte de la obra, al menos en parte, se debe a la colocación de placas solares. Bueno, soy de los que piensan que la ecología no debe esta reñida con las precauciones a seguir en la zona más valiosa del centro histórico de Valencia.

El conjunto del proyecto está cuidado y tiene detalles de calidad, como la solución para poner de nuevo en servicio las 'covetes' de los Santos Juanes, aunque los añadidos arquitectónicos (no los llamaré pegotes, para nada, seguramente habrá muchos a quienes les guste) son demasiado arriesgados, por no decir temerarios.

Hay detalles como la abundancia de palmeras (les tengo manía porque no dan sombra, ensucian el suelo y el Ayuntamiento se olvida de podarlas con regularidad) que tampoco me gustan, así como que se haya optado por eliminar todo el arbolado junto a la fachada de la Lonja. Quedará un fondo cinematográfico para que los turistas puedan fotografiarse por las noches, cuando la iluminación destaque la belleza de la arquitectura gótica, pero que quieren que les diga, prefiero cuanto más verde mejor.

Bastante secarral tendremos durante años en la plaza del Ayuntamiento con el pavimento rojizo que ha intentado tapar el desacierto de los maceteros verdes. Pero la solución no ha sido buena, si permiten el símil como perfumarte cuando lo que te hace falta es una buena ducha. La plaza desértica no tendrá remedio durante años. Me temo que pase algo parecido con las obras que se adjudicarán en unos meses para la Lonja y el Mercado Central. Y si me equivoco, mucho mejor para todos, para mí el primero.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Ojo con las pérgolas