Pescozón

Cuenta David Trueba en 'Ganarse la vida' (Anagrama) que su padre hacía a sus hijos un dictado del 'Quijote' y cada error suponía un coscorrón sobre sus nucas. «A él le gustaba llamarlo 'pescozón' y la palabra sonaba tan encantadora que nunca consideré la violencia del gesto». A mí tampoco me sorprende esa violencia tan normal y familiar pero sí que a Trueba 'pescozón' le parezca una palabra peculiar. Un golpe que se da con la mano en el pescuezo o en la cabeza. Tendrá que ver con el lugar de origen, con las familias. Las palabras nos separan. Nunca había oído 'hacer pellas' hasta 'Médico de familia'. Pescozón es un término tan común como el culillo del consejero de Salud de Andalucía. Para un político al que se entiende. Que se escandalicen con constructo. Para que no se desperdicie el culillo hay que usar jeringuillas de un milímetro con un volumen muerto inferior a 35 microlitros, esas que Aguirre dice que escasean. Poco nos pasa.