El método Stanislavski permite a los actores interpretar con realismo un personaje para, por un lado, alcanzar la naturalidad propia de quien no sólo memoriza un texto para repetirlo sin alma y, por otro, ponerse en la piel de otra persona pensando, sintiendo y actuando ... como ella. Trasladado a la política podría sintetizarse en dos cualidades consustanciales al liderazgo: comunicación y empatía. Carlos Mazón nos transmitió que en su cabeza no tiene un mero argumentario sino un proyecto en el que cree. Un plan de choque para el empleo juvenil y abordar la pobreza, entre sus prioridades. La financiación, el agua y el corredor, entre sus principales reivindicaciones. Rechaza la imposición del valenciano. No tiene complejos para asegurar que hablaría con Vox. Ni tampoco al elogiar a Camps. Uno de sus desafíos, como para Casado, será liberarse de la mancha de la corrupción. Hay casos que seguirán dando escandalosos titulares para el PP. Quizá por eso su estrategia aspire a la personalización que tan bien le ha funcionado a Ayuso. El llenazo de la plaza de toros le ha dado proyección y confianza para pisar fuerte el acelerador hacia la meta electoral. Pero aún lo tiene todo por demostrar.
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