Placeres cinéfilos

La 37 Mostra de València, Cinema del Mediterrani se inauguró ayer y prolongará sus sesiones hasta el 30 de octubre. Tal y como su nombre indica, el ya veterano festival nació para promocionar el cine mediterráneo y plantarle cara, en la medida de sus fuerzas, a la hegemonía del cine comercial estadounidense, poblado ahora por superhéroes: desde luego, el Hollywood actual ya no es el de Hitch, Lang o Ford. La Mostra nos ha proporcionado a lo largo de su historia numerosos placeres cinéfilos y algunos de ellos han tenido un toque de 'lujo antinatura'. Un certamen cuya seña de identidad, como decía antes, es el apoyo al cine de España, Francia, Italia, Grecia, Marruecos, Argelia... ¿por qué invitó de modo estelar a numerosas estrellas americanas? Surge enseguida la contra-pregunta: ¿y por qué no? Hay mucho que aprender de Hollywood a la hora de vender sus películas. Además, justo es constatar que la industria USA del cine también ha potenciado la carrera de muchas figuras mediterráneas: Sara Montiel, Irene Papas, Sophia Loren, Gina Lollobrigida, Antonio Banderas, Javier Bardem, Penélope Cruz...

Hablo por mí: agradezco a la Mostra que me haya permitido el goce de entrevistar, además de Sophia Loren y Giulietta Masina, también a Lauren Bacall, Tippi Hedren, Raquel Welch, María Félix... Y a punto estuve de conocer a Stanley Donen (Carolina del Sur, 1924-Nueva York, 2019). Lo de Donen fue un caso de mala suerte. El director de obras maestras como 'Cantando bajo la lluvia' (1952, codirigida con Gene Kelly), 'Siete novias para siete hermanos' (1954), 'Siempre hace buen tiempo' (1955), 'Charada' (1963) o 'Dos en la carretera' (1967), llegó a Valencia a mediados de octubre de 2003 para presidir el jurado de la 24 edición de la Mostra. Solicité a la organización una entrevista con Donen para LAS PROVINCIAS. Solicitud aceptada. Pero Donen sufrió una arritmia cardiaca, ingresó durante unas horas en un hospital de Valencia, anuló todos sus compromisos y regresó a Estados Unidos antes de clausurarse el certamen.

Mi encuentro más intenso en la Mostra lo tuve con la célebre María Félix (México, 1914-2002, estuvo casada con Jorge Negrete y Agustín Lara y protagonizó películas de Emilio Fernández, Buñuel y Renoir). Invitada por el festival en 1994, era una mujer altanera, susceptible... y divertida. En el libro colectivo 'Ocurrió en Valencia' (Ruzafashow, 2012) la describí así: «María, cejas arqueadas y pestañas como puñales, llevaba un precioso vestido blanco de resonancias indígenas, morena azabache con el pelo largo sujetado por una diadema, muy guapa en su senectud pero ya empequeñecida». Le dije de inmediato a la Doña -así se la llamaba en México-: «Usted rodó su primera película el año...». María Félix me interrumpió con un gesto de la mano, firme pero sin acritud: «No me hable de años, por favor». Tampoco quiso hablar de dinero. «No toquemos ese tema, muchacho». Me llamó 'muchacho', sí. «Los billetitos te permiten estar tranquilona, eso es todo», añadió.

Las palabras «billetitos» y «tranquilona» casi me hicieron reír. Me contuve. La gran dama quizá se hubiera ofendido.