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Plácido Domingo

MÁS DURA SERÁ LA CAÍDA ·

VICENTE GARRIDO

Viernes, 28 de febrero 2020, 07:49

De acuerdo, Plácido Domingo no debió haber actuado de esa manera. Dado que hay mujeres que revelaron sentirse incómodas cuando él les hacía proposiciones sexuales o flirteaba con ellas (que es el resumen de los cargos que concluyó la comisión formada en Estados Unidos para examinar su expediente), y que el poder y prestigio que ostentaba el tenor español suponía un elemento de coacción, su comportamiento es censurable. Pero reconozcamos, igualmente, que Plácido ha dado un paso de gran valentía, y yo entiendo que esto no se le ha reconocido, porque veo en ese gesto la grandeza de asumir el castigo como ejemplo y símbolo de rectificación. Sin embargo, las cosas se le van a complicar mucho más.

Y sí, hay grandeza en su revelación, porque la inmensa mayoría no lo habría hecho, y desde luego no los que han cometido crímenes mucho más graves que buscar con ahínco una salida romántica o insistir en cortejar a una mujer renuente. Jeffrey Epstein, que construyó una trama de prostitución de chicas adolescentes, prefirió el suicidio antes que reconocerse culpable. Roger Ailes, el creador de Fox News y tan magníficamente interpretado por Russel Crowe en la serie 'La voz más alta', creador de presidentes y culpable máximo de que padezcamos a Trump, se fue de la vida pública echando pestes por la boca cuando sus empleadas revelaron años de abuso sexual. Y no digo nada de Harvey Weinstein, que acaba de ser juzgado y condenado por agresión sexual y al salir del tribunal gritaba «¡Pero soy inocente!».

Plácido Domingo podía perfectamente haberse callado, y seguir disfrutando de una carrera con el beneplácito de muchos teatros en el mundo; no se habían presentado cargos criminales contra él, y las denuncias con el consiguiente daño público y repercusiones financieras en su agenda ya se habían dado. Entre tanto nuevo escándalo, lo suyo en breve hubiera quedado en el olvido. Porque, seamos sinceros, comparado con todo lo anterior, lo de Plácido eran comportamientos incorrectos y abusivos, pero no era un depredador sexual. Que él haya salido ahora reconociendo la veracidad de esas acusaciones le honra; desde luego no hace bueno lo que hizo, pero en esta sociedad donde se perdona toda estulticia y mentira y falsedad a los políticos y a plagiadores sin cuento, haríamos bien en no lanzarle la primera piedra. Las autoridades ya se prestan a retirarle todo reconocimiento y apoyo. Un apestado. Lo que ha hecho no le servirá como redención. Si hubiera sido un terrorista 'arrepentido', muchos clamarían en su favor, porque hay que ser 'humanos'.

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