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La plaza de la Reina perdida

EL ESTADO DE VALENCIA CIUDAD ·

La decisión de no ampliar la excavación arqueológica durante la reforma la lamentaremos durante décadas por no poder conocer mejor el pasado de Valencia

Paco Moreno

Valencia

Domingo, 2 de octubre 2022

Que debajo del nuevo pavimento de la plaza de la Reina hay un tesoro arqueológico no sorprende a nadie. Tan lejos como la semana pasada ... publicamos en LAS PROVINCIAS la memoria entregada por la arqueóloga Marisa Serrano, de Semar Arqueología S.L., donde cada párrafo esconde un lamento por los ricos hallazgos que afloraron al excavar zanjas para el tendido de cables, jardineras o contenedores soterrados, sin la posibilidad de ir más allá.

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Han quedado en el aire incógnitas suficientes para completar un centro de interpretación de la plaza. Los más llamativos son por supuesto los de la época romana, con la oportunidad perdida de fijar el arranque de la Vía Augusta desde la Almoina, por ejemplo.

Pero también las viviendas y calles islámicas, visigodas, medievales y cada estrato hasta llegar a los raíles del tranvía desaparecido, cuando el transporte público en Valencia parecía mucho más sencillo que ahora, y eso que callejeaban por estrechos pasos. Todo eso quedará para que los descubran las siguientes generaciones.

Existe una moción de la concejalía de Movilidad y de la delegación de Patrimonio con el compromiso de retomar las excavaciones, pero todos sabemos que se trata de papel mojado. A decir verdad, carece de sentido común pedir ahora que levanten de nuevo la plaza, que ha costado por cierto 2,5 millones más de lo presupuestado hasta quedarse en algo más de 13 millones de euros.

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Cierto que se ha perdido una oportunidad y que también nadie se ha hecho responsable por ello, lo que no es de recibo. Es algo que debemos recordar siempre que podamos, al igual que pasa con la cercana Casa del Relojero, donde tampoco se realizó más allá de la vigilancia obligada durante las obras.

Pero otro asunto distinto es pedir la reversión porque eso roza el despilfarro de fondos públicos. La gestión en todo el apartado arqueológico fue nefasta por parte del gobierno municipal, sin excepción, aunque ahora toca tragarse ese sapo. Si hay algo que no entienden los vecinos es que una obra recién acabada vuelva a levantarse, como bien descubrieron el PP y Cs en las elecciones municipales de 2019, cuando insistían en demoler carriles ciclistas estrenados meses antes.

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Ahora toca hablar de los usos de la plaza de la Reina y algo que observo es que no hay día que pase sin un mercadillo. Como se observa en la imagen, con numerosos vehículos aparcados en zona peatonal. Está claro que la orden es que la plaza nunca esté vacía para atraer al máximo número posible de visitantes y «demostrar» el éxito de la reurbanización. Pero también hay que recordar a los responsables municipales que más allá de las once de la mañana, esos vehículos no pueden estacionar en una zona peatonal, como ocurre en todos los lugares similares de Valencia.

El cumplimiento de la ordenanza debe ser estricto, sobre todo si es una iniciativa que promueve el mismo Ayuntamiento. Bastante sufrimiento tienen los vecinos de Ciutat Vella, maltratados con las cámaras que multan, para además tener que eludir coches y camionetas aparcadas.

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Un maltrato que se extiende a otras zonas del centro histórico. El viernes se produjo la primera concentración de la plataforma «Salvem el ficus del Parterre», que reclama al gobierno municipal algo tan obvio como un cuidado exquisito con los árboles monumentales y singulares de la ciudad. Vamos, que no se caigan. Veremos lo que se tarda en reurbanizar el entorno del magnífico ejemplar que perdió parte de las ramas hace unas semanas. Las obras de la gasolinera desaparecida están prácticamente acabadas.

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