Urgente Sánchez al PP en la crisis por la tributación del SMI: «Lo hemos subido un 61% con ustedes siempre en contra»

Nunca he tenido interés en entrar en política. Tampoco nadie ha tenido interés en que yo entrara, así que no ha habido opción de tener que resolver la tesitura. Todos contentos. Desde fuera me parece un lugar hostil, oscuro, en el que no se debe ... de vivir a gusto, que genera comportamientos y reacciones poco saludables. He visto de cerca transformaciones asombrosas de personas que entraron allí y gente que salió de estampida al no encontrar lo que buscaba. Porque las apariencias engañan, aunque en este caso cada vez menos.

Publicidad

La política pasa factura. Se percibe en muchos rostros y cabellos ajados y en no pocos ánimos caídos. La mayoría de idilios con ella que conozco han acabado en decepción y protagonizando rupturas poco amistosas. No fueron relaciones que llegasen a buen término, exigieron sacrificios enormes y no consiguieron cumplir las esperanzas depositadas en ellas. A la política se sobrevive y no siempre de las mejores maneras.

Estoy describiendo una imagen terrible, soy consciente. Ha sido labrada a base de experiencias próximas y teniendo en cuenta la proyección pública de nuestros políticos más insignes, que no colaboran con sus acciones, precisamente, para que la visión colectiva sea más positiva.

La política no nos está haciendo mejores y ese debería ser uno de sus propósitos. Parece una quimera

La política no nos está haciendo mejores y ese debería ser uno de sus propósitos. Parece una quimera. No es buena noticia. La desafección no beneficia a nadie, pero estamos abocados a ella.

Publicidad

A uno le da la sensación de que hace siglos que sucedió, pero apenas han pasado un par de meses desde que asistimos en directo a una bochornosa escabechina en las filas del PP. Unos compañeros acabaron con otros casi sin despeinarse. Respondían únicamente a intereses particulares. Hoy algunos de estos se asoman a los micrófonos para dar lecciones como si nada hubiese pasado. Recuerda bastante a lo que ocurrió unos años atrás en el PSOE. De aquella carnicería surgió un presidente en una carambola increíble. Hay votantes socialistas que no se han recuperado, como los habrá populares que tarden en olvidar lo acontecido en Génova.

Ahora toca el turno a los de Podemos, que llevan tiempo soportando los vaivenes de sus dirigentes, los que abanderaron la nueva política y han acabado incurriendo en los errores de la vieja. Eso nos conduce a una triste conclusión a la que no quiero llegar, la de que todos los caminos culminan en el mismo lugar.

Publicidad

Cuesta no concluir en ello después de escuchar a Pablo Iglesias esta misma semana torpedear el proyecto político que él puso en marcha y dejar en muy mal lugar -quién sabe con qué fin- a su sucesora, Yolanda Díaz, en quien tantas esperanzas hay puestas. Cualquiera diría que no quiere que triunfe y se está empeñando en ello.

La política despierta monstruos. También los crea.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€

Publicidad