¿Por qué no lo pone en el polígono industrial?

La culpa no es del funcionario, que aplica a rajatabla lo que le pone en las reglas a seguir, sino de quienes han hecho esas normativas, tantas veces contradictorias, y que no son capaces de cambiarlas, actualizarlas según nuevos parámetros y conceptos, que evolucionan.

Cualquiera sabe que una bodega no es lo mismo si está en un polígono industrial o entre viñedos, pero en el Plan General de Ordenación Urbana del municipio que sea no pone nada de eso; quienes lo redactaron hicieron caso estricto de las reglas urbanísticas que pretenden, sobre todo, impedir que se siga construyendo sin control donde no se debe. Luego llega el convencimiento de que el enoturismo es bueno; conveniente para la cultura y el esparcimiento, la ocupación racional del territorio con actividades económicas valiosas y sostenibles de verdad, entroncadas con el paisaje, la gastronomía, el prestigio, los valores que... Bueno, todo eso que sabemos de sobra porque encima nos lo predican políticos que conocen el cotarro y hablan en consecuencia. Pero el funcionario aplica la norma que dice que una bodega es una industria, no le vale lo del enoturismo, y el político que aparentemente sí está por la labor, a la hora de la verdad no acude a cambiar la normativa y seguimos en las mismas, en el terreno del absurdo que desquicia a quien quiere hacer algo que en el fondo y en la forma es de lo más razonable.

Lo mismo está pasando, por ejemplo, con los paneles fotovoltaicos. No hablamos de grandes inversiones de millones de metros cuadrados, sino de pequeñas instalaciones a la medida de resolver el autoconsumo energético de actividades en medio del campo, como puede ser un pozo de riego. «¿Para qué quiere poner placas solares, no tiene miedo de que se las roben? Bueno, si se empeña, estas son las reglas, como si fuera a construir una casa». Y claro, eso no puede ser. Luego, las autoridades piden que se acelere en la transición ecológica, pero no cambian normas viejas de cuando no se estilaban las placas solares ni el enoturismo.