Poner orden

Pero no ha sido lo único negativo de una programación que pretendía potenciar el evento taurino con otro de corte lúdico/gastronómico, tan de moda y tan prestigiado por los profesionales valencianos. Aquí el Ayuntamiento, tan apartado ideológicamente de todo aquello que proyecte la buena imagen de Valencia, abortó con apenas unas horas antes de comenzar el montaje, la iniciativa que se había promocionado durante varias semanas con una importante inversión publicitaria e implicación de honestos profesionales.

Por suerte lo artístico vino a atenuar en buena parte tanta desazón. Valorando la excepcionalidad del peruano Roca Rey, quien está mostrando una capacidad sólo al alcance de los toreros que marcan época, hay que convenir que Román, de haber acertado con los aceros, también habría alcanzado triunfo principal. El capítulo de distinguidos sigue con Ginés Marín, por concepto, entrega y espada; Daniel Luque, por capacidad y madurez, y Ángel Tellez, por novedad con sello de buen torero. Alvaro Lorenzo, aun mostrando oficio y buen concepto, no estuvo a la altura del lote más enclasado de Fuente Ymbro. Lo de Jesús Duque, queda para la decisión íntima del propio torero y de quienes lo asesoran.

La de Valencia no puede convertirse en plaza de talanqueras. Seguiremos.