En la década de los 80 germinaba la semilla de lo que sería una de las mejores épocas de la música española con clásicos que casi todos conocemos: Mecano, Revolver, Radio Futura, Gabinete... No llegaron a lo más alto a golpe de concurso televisivo, sino ... que un 'ojeador' dedicaba tiempo a buscar entre los grupos el talento oculto para pulirlo y sacarlo a la luz. El 'cazatalentos' era capaz de vislumbrar si aquel tipo que iba para jugador del Real Madrid, se podría convertir en una estrella internacional como fue el caso de Julio Iglesias.
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La actual generación del reggaeton conoce a 'Fortu' por su aparición en televisión, no por ser el cantante de Obús en la década de los 80. Su éxito se basó en la conexión con el público, con letras directas y lenguaje sencillo ¿recuerdan aquella que decía: «va a estallar el obús»? Así me pilló cuando vi a Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, hace dos noches en 'El Hormiguero'. Impactado, la verdad, de ver la evolución de esta mujer a la que en Madrid (y doy fe de ello) la adoran por la calle.
La entrevista duró una hora y en este tipo de formatos televisivos resulta complicado no cometer errores y fácil ver si hay talento. Esta mujer estuvo inconmensurable, así lo confirma una audiencia con picos de más de 6 millones. Jamás había visto un ejemplo de comunicación política tan perfecto como el de Isabel Díaz Ayuso. No entro a valorar si es de un partido o de otro, que para eso ya estarán preocupados Casado y Sánchez, hablamos del obús que supone esta presidenta para la Comunidad que gobierna y las posibilidades que ofrece para el futuro.
Ayuso ha conseguido empatizar con la calle, habla en 'El Hormiguero' con lenguaje de barra de bar. Sin titubeos llama a Sánchez mentiroso mientras ríe y contagia su risa al público asistente. Tiene un limón medio podrido en el frigo, lo dice y todos la entendemos porque ¿quién no ha tenido media cebolla o un ajo con raíces en la parte baja del frigo? Pero ella es una presidenta autonómica y lo comparte. Ayuso cuenta su proyecto como si estuviera de cañas en una terraza, sin el postureo al que estamos acostumbrados.
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Veo difícil que no llegue a dirigir lo que ambicione, aunque no se lo pongan fácil los de su propio partido y los de fuera. Ella, mientras tanto, recibe palos y con su sonrisa socarrona parece compartir lo que cantaba Fortu: «No has escuchado aún lo que hacemos / y vas diciendo que no funciona / no será amigo que tienes miedo / y que te escondes para no verlo. / Prepárate, va a estallar el obús».
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