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En Presidencia se alcaldea demasiado

PALABRAS SOBRANTES ·

Burguera .

Valencia

Lunes, 29 de marzo 2021, 07:26

Ya sé que el tema de la financiación es aburrido. Muy técnico. Los números. Pero es que es el modo en que el Estado reparte el dinero entre los españoles. La fórmula por la cual el Gobierno central asigna la pasta de nuestros impuestos a las autonomías, competentes en las materias que más nos afectan a los ciudadanos. Parecerá aburrido, pero es lo más importante que pasa en la relación Estado-Comunitat. En realidad, lo que no pasa. Porque nos maltratan, nos mienten, nos chulean y, además, lo consentimos sin alzar la voz más que cuando enfrente tenemos a un rival político. Como alcaldes de pueblo chico.

No es lo mismo que te mienta un sobrino de cuatro años que tu pareja, o ser víctima de una mentira piadosa que de una trola del tamaño de Copenhague. Montero quedó con Puig para decirle que el Gobierno se pensará lo de arreglar la financiación, pero sin ofrecer plazos. Eso, eso es una especie de homenaje al chuleo. Al presidente le debió costar volverse a Valencia tras comerse ese sapo. Que se la cuele una socialista añade leña al fuego. Que se le burle en la cara una ministra que antes fue consejera de Hacienda en Andalucía (también infrafinanciada) es el colmo. Que suceda días después de que los socialistas y podemistas tumbasen en el Congreso el reconocimiento de la deuda histórica de la Comunitat es un modo de humillar al Consell, de dejarlo sin excusas ante los ciudadanos. Será por eso que la portavoz del Gobierno valenciano, Mónica Oltra, ha hecho un tácito reconocimiento de que, institucionalmente, la Generalitat ha claudicado. El presidente de la Generalitat, el pasado jueves, no dio ni una fecha. No se comprometió a nada. Porque ya no tiene nada que ofrecer en este tema. El resultado, para el ciudadano, es el mismo si el Consell es un rebaño de mansos apesebrados o una caterva de incapaces. Tampoco es la primera vez. En realidad, la Comunitat encadena presidentes sumisos con sus jefes de filas nacionales, por muchos morros que les pusieran a los presidentes del Gobierno cuando estos eran de un partido rival. Lerma se dejó hacer por González. Zaplana, Camps y Fabra se callaron frente a Aznar y Rajoy. Y ahora Puig achanta. Eso sí, con Ayuso, se pone hecho un basilisco. A lo mejor rebaja ahora el tono. Cantó podría propiciar un encuentro y que coman los tres lentejas. Sánchez le hace a Puig un 'PPBárcenas' en materia de financiación, porque le dicen que sí, pero en realidad es que no, pero un 'no' en diferido, y el jefe del Consell, que para eso fue alcalde y tiene a otro alcalde para las cosas de Madrid, Jorge Alarte, pues alcaldea, protesta un poco pero sonríe, hace cola y espera su turno, traga y calla, a ver si así recibe más fondos europeos.

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