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Como si de una película se tratase la relación entre Javi Gracia y Anil Murthy lleva camino de convertirse en un culebrón. El entrenador del Valencia ha demostrado, en el poco tiempo que lleva entre nosotros, que no se arrodilla a lo que diga su amo ni que se calla lo que piensa por temor a posibles represalias. Gracia se ha quejado públicamente de la falta de palabra de los actuales gestores del club. Le prometieron un proyecto deportivo que nada tiene que ver con el que va a tener que afrontar una temporada que se antoja larga. Bienvenido al Valencia míster, esto es lo que hay.
A los valencianistas no nos extraña su decepción, que es también la nuestra, porque estamos acostumbrados a las formas de los actuales gestores del club. Podríamos enumerar un decálogo de promesas incumplidas desde que Meriton llegó al club. Lo que me extraña es que Gracia no supiese dónde venía cuando aceptó el reto. Sus críticas son lógicas porque se han ido jugadores importantes y el equipo no se ha reforzado. Pero como dije con Marcelino, las críticas si se quedan dentro de casa mejor, por el bien de la estabilidad. Lo que digo puede parecer antipopular pero creo que afirmar que «el club no va a poder exigirnos lo que debería por ser el Valencia» no es un buen mensaje de cara a la afición. Si bien es un toque a los dirigentes, la afición no se merece más mensajes pesimistas. La falta de fichajes y la ausencia de jugadores determinantes la temporada pasada no puede ser un argumento para excusarse ante posibles malos resultados. Con sus palabras el entrenador lanza un órdago a Meriton que espero, que por una vez, lo asuma como un consejo y no como una amenaza. No quiero ni imaginarme un cambio de entrenador otra vez.
El primer once de este Valencia debutó el domingo en el derbi contra el Levante ganando 4 a 2 y dejando claro que en el fútbol no todo son nombres. Hacía mucho tiempo que no nos íbamos a dormir un domingo con una alegría. Nos olvidamos por un rato de todo lo que acontece alrededor del club para disfrutar de una victoria que, para venir de donde venimos, resultó ser un chute de optimismo. Esto sólo ha empezado, pero la pasión con la que viví el partido me hace sentir fuerte y encarar con optimismo esta temporada. Sólo espero que se respete y se deje trabajar al entrenador y si llegan fichajes, que deberían llegar, bien y si no que los que están lo den todo como el domingo. Me quedo con la imagen de Carlos Soler desde la grada animando al equipo y la del abrazo y las caras de felicidad de los jugadores al final demostrando la unión que tanta falta nos hace.
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