
El PSPV claudica ante sus socios
ANÁLISIS ·
Los socialistas ceden frente a Podemos y Compromís al tramitar el nuevo impuesto a pesar de entender que es inoportuno y mientras Puig se intenta salvar de la quemaSecciones
Servicios
Destacamos
ANÁLISIS ·
Los socialistas ceden frente a Podemos y Compromís al tramitar el nuevo impuesto a pesar de entender que es inoportuno y mientras Puig se intenta salvar de la quemaXimo Puig no ha votado la tramitación en Les Corts de la tasa turística. Esa ausencia voluntaria (porque podría haber pedido el voto telemático y ... no lo hizo) culmina y explicita la relación de los socialistas valencianos con el nuevo impuesto. No lo quieren pero lo facilitan. Lo apoyan pero mirando hacia otro lado. O estando en otro sitio. Sí, pero no. O no, pero sí. El presidente de la Generalitat es el único diputado del tripartito que no ha votado a favor. No es cualquier diputado. Además de liderar el Consell, es uno de los pocos que quedan políticamente vivos de aquel núcleo duro de decisión del Consell que en 2016 ya se encontró con la patata caliente de la tasa turística. Que sigue ardiendo.
Podemos, con Antonio Montiel al frente, puso sobre la mesa esta tasa cuando se esbozaban los presupuestos de 2017. Al entonces conseller de Hacienda, Vicent Soler, le pareció bien y defendió la tasa. Sin embargo, el sector se enteró y levantó el teléfono. Quizá no es rojo, pero tiene línea directa con Presidencia. De repente, Soler dijo que sin el consenso del sector no había tasa ni taso. Compromís no movió ni un dedo. No tenía ganas de apoyar a los podemistas porque los morados no entraron en el Consell ni quisieron apoyar a Oltra cuando en 2015 intentó disputarle la presidencia de la Generalitat a Puig. Decían que sí en Compromís, que les gustaba el impuesto, pero que sin consenso... Desde entonces, todos los años, los podemistas sacaban en procesión la reivindicación cuando llegaba noviembre, o sea, para negociar los presupuestos. La implementación del impuesto quedaba siempre fuera de los planes del tripartito a cambio de que el PSPV accediese a otras peticiones de Podemos. La tasa turística era una moneda de cambio.
Hasta septiembre de 2021. Acabado el pasado verano, Puig estaba en su particular cresta de la ola. La rumorología palaciega jugaba hasta con la posibilidad de un adelanto electoral. El líder socialista y presidente de la Generalitat se sentía fuerte y cultivaba su perfil de hombre de Estado. Tanto es así que se fue a Sevilla para escenificar una suerte de frente común a favor de la financiación con Juanma Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía. Se fue a Sevilla y le birlaron la silla, tal cual. Esa mañana de cumbre andaluza se reunieron, también, Mónica Oltra y Héctor Illueca, vicepresidenta del Consell por Compromís y vicepresidente segundo de la Generalitat a propuesta de Podemos, respectivamente. Y anunciaron: queremos tasa. Tuvieron que darle manzanilla a Puig, con un cabreo sevillano monumental. Como la Giralda.
Oltra e Illueca reclamaron una tasa autonómica y obligatoria. Los presupuestos para este año estaban en juego. El PSPV aceptó en diciembre que antes de la primavera habría una proposición de ley. La hubo. En el proceso, los socialistas lograron que la tasa mutara en voluntaria y municipal. Sin embargo, era una piedra en el zapato. Colomer, secretario autonómico de Turismo desde 2015, lleva también desde 2015 diciendo a la tasa que no. Oltra, en 2019, mantenía que Colomer sí quería ese impuesto pero que era demasiado empático con los hoteleros. Ahora ya no hay tanta comprensión por parte de Podemos y Compromís con la posición del alto cargo socialista, que al fin y al cabo está a las órdenes de Puig, ya que Turismo depende del área de Presidencia. Los socialistas han amagado durante dos semanas con el no por considerar que «no es el momento». Al final (por ahora), el PSPV, Colomer y Puig han claudicado frente a la presión de sus socios. El jefe del Consell eludió ayer votar y estar. Aprobación con silencio presidencial. Sí, pero no, aunque el que calla, otorga. «Sou vosaltres qui heu fet del silenci paraules», dice la canción. Una que, esa sí, seguro que le gusta a Puig.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Siete años de un Renzo Piano enredado
El Diario Montañés
Pillado en la A-1 drogado, con un arma y con más de 39.000 euros
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.