La Puerta de Tannhäuser

San Pablo de Tarso dedicó parte de su vida a perseguir a los cristianos. Se cuenta que incluso pudo presenciar el martirio de San Esteban ... cuando era joven. Procedente de una familia acomodada de fariseos helenizados y ciudadanía romana, recibió una esmerada formación teológica y lingüística que le llevó a relacionarse con los jefes de los sacerdotes de Israel y a que estos le confiaran la represión de los seguidores de Jesús en Damasco. Después llegaría la luz cegadora, la celebérrima caída del caballo, la conversión y su apostolado. Saulo pasó a la historia y al acervo popular pues como ejemplo de revelación abrupta de la verdad, de, en fin, cambio drástico de postura. Y siguiendo su ejemplo santo nos hemos encontrado estos días al presidente de la Generalitat Ximo Puig que, unos días después de exigir sanciones a aquellas comunidades autónomas que relajen la presión fiscal a sus ciudadanos, acaba de anunciar una rebaja del IRPF para las rentas medias. No menos sorprendente ha resultado la mutación al «blaverismo» del partido Compromís de la ciudad de Valencia. Sus miembros han pasado de limpiarse literalmente el trasero con la Real Señera, invento para ellos franquista, a repartirlas gratuitamente a los ciudadanos que así lo soliciten con motivo de la celebración del próximo día de la Comunidad Valenciana. Como resultaría extrañísimo un evento milagroso simultáneo en esta era del cientifismo, buscaremos la explicación en otro lugar. Sí, comprendo que no es un reto muy complicado: la proximidad de las elecciones municipales y autonómicas de mayo del próximo año 2023. Se abre la tradicional temporada de excursiones grupales a los barrios desatendidos, de palmaditas en las sonrosadas y generosas mejillas de las marujas mercadilleras y de las carantoñas y achuchones a los bebés circunspectos. Pero, ¿la izquierda catalanista bajando impuestos y envolviéndose en la enseña coronada? Eso no me lo esperaba. Muy malos resultados electorales deben arrojarles las encuestas esas que dicen que manejan internamente. Ahora, que nadie dude de que en esta epifanía seremos los ciudadanos los que caigamos del equino y nos rompamos la crisma.