Secciones
Servicios
Destacamos
No es que no abra la boca para quejarse del modelo de financiación, qué va, es que si habla es para decir que estamos mucho mejor, que este Gobierno sí que tiene sensibilidad hacia la Comunitat y para intentar hacernos creer que los problemas económicos que arrastra la Generalitat están en vías de solución, cuando sabemos que no es así. Como tampoco dice ni mú ante unos Presupuestos que no nos sitúan en materia de inversiones al nivel de Andalucía o Cataluña sino que nos relegan al furgón de cola, en el que viajaremos, mira tú qué ironía, con la Comunidad de Madrid, esa «aspiradora que lo absorbe todo» y a la que al parecer se le quiere quitar parte de su potencia. Y si prefiere quedarse callado, o directamente darle la vuelta a la historia, ante asuntos que afectan a sus intereses, a los de la autonomía sobre la que gobierna, ¿le vamos a pedir que proteste y alce la voz cuando Pablo Iglesias eleva a la categoría de «socio de Estado» y no sólo de legislatura a los proetarras de Bildu que aún están por condenar los crímenes de ETA? Como diría ese Rajoy que tiraba de casticismos y de un lenguaje en desuso, pelillos a la mar. ¿O es que acaso no gobierna él con la versión autóctona de Unidas Podemos y con una coalición -Compromís- donde lo mismo podemos encontrar reflejos de ERC, que del partido de Puigdemont (ya me he perdido y no sé cómo se llama), que de la CUP? Quita, quita, que se metan otros en esos barrizales que yo bastante tengo con lo que tengo, debió de pensar el inquilino del Palau. ¿Y qué tiene?, cabría preguntarle. Pues 'ésta', respondería él, señalando a una Mónica Oltra que vive sin vivir en ella, fuera de los focos (salvo cuando aparece dos veces en poco más de 48 horas en los platós de À Punt) y superada por el drama de unas residencias de mayores que jamás pensó que le darían estos disgustos, ella, que lo único que pretendía era desmontar el modelo Cotino, hacer política, que es lo que le gusta, no la gestión y mucho menos en tiempos de pandemia. Así que si alguien tiene que protestar por las alianzas y pactos de Sánchez&Redondo&Iglesias que salgan los García-Page, Fernández Vara y Lambán, que yo, Puig, voy a hacer como Susana Díaz, calladita, obediente, sumisa, sin mirar al profe no sea que se fije en mí y me pregunte. Y si de paso puedo aparecer ante los medios nacionales, y también los catalanes, como el abanderado de la España plurinacional, federal y no sé cuántas cosas más, sucursal litoral mediterráneo, pues mejor que mejor. A lo sumo, meterme con «Madrid», pero con el «Madrid» que gobierna el PP de Ayuso no con el «Madrid» desde el que reina (y no es metáfora) su nuevo amigo, ¡Pedrooooooo!
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.