El puzzle fallero

Por fin llega el festejo, atípico e histórico, por supuesto, al que muchos continúan presionando en redes sociales con todo tipo de mensajes y reproches que, sorpresivamente, no hacen a otros colectivos. Parece ser que a los falleros se les quiere poner a prueba convirtiendo el retorno del movimiento festivo en un calvario, cuando han sido y son modélicos en la observancia de las normas sanitarias. Para el que lo ignore o no le interese saberlo, hay que subrayar que el mundo fallero no ha registrado en todo este tiempo, hablamos de más de 18 meses, ningún incidente. Un ejemplo que debemos valorar.

Ahora toca realizar todo lo acordado con serenidad. Pese a quien le pese las Fallas han vuelto y con ellas la alegría y la ilusión a las calles. Solamente hay que contemplar los transportes de piezas a las comisiones, el movimiento de los falleros y, sobre todo, el público que se acerca a contemplar el montaje. Se está viviendo nuevamente, con toda precaución, el rito de la plantà.

Un aspecto sí ha cambiado. Dadas las actuales circunstancias epidemiológicas, los tradicionales recorridos de grupos de enamorados de las fallas han permutado la noche por el día, aunque algunos apuren la nocturnidad. No olvidemos el toque de queda que hay que observar y que a las comisiones les beneficia, según mi opinión, pues de haber altercado o chanza callejera no se le podrá imputar al colectivo fallero. Por supuesto, todo ello dependerá de la actuación de la autoridad competente, que sabrá discernir quiénes son los autores.