Urgente La Lotería Nacional de este sábado deja el primer premio en tres municipios afectados por la dana en Valencia

Según el proyecto de Ley de Bienestar Animal, que aprueba el Gobierno del PSOE y Podemos, sí, ese mismo Gobierno que acaba de rebajar el castigo a los violadores, matar a una rata será, a partir de ahora, un delito que podríamos llamar de «raticidio», castigado con penas que irán de 12 a 24 meses de prisión, pero que, dependiendo de las agravantes concurrentes, podrían alargarse hasta los 3 años. O sea, que va a costar menos que antes violar a una mujer, pero va a resultar un crimen desratizar. O peor todavía, que las lesiones causadas a una rata serán castigadas con 3 meses más de cárcel que las causadas a una persona. De los autores de «Si no eres trans eres facha» y «ETA tenía sus razones» llega a las pantallas de la Moncloa «La declaración de derechos de la rata», otra calamidad asegurada. Pero qué hemos hecho para merecer a estes persones.

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Pienso en la pobre ratita presumida a la que, sin duda, van a despojar de su vocación heteropatriarcal por el matrimonio, a la que así dejarán sin cuento propio. Y eso que lo de «dormir y callar» era muy del gusto de aquellos, aquellas y aquelles que defienden que en España nos pasamos de libertad de prensa. Y no digamos del flautista de Hamelín, ese genocida de la minoría ratonil, pues no sólo las eliminó en masa y con un método infalible, sino que, además, se deshizo de los cadáveres en el río, impidiendo que hoy en día, que por fin hemos comprendido que las ratas son vecinas dignas de compartir nuestra despensa, tengamos dónde horrar a sus víctimas con un desfile de carrozas y un día internacional. El único que lo vio venir, mira tú que tío, fue Joan Ribó, el alcalde con jersey lleno de bolas de Valencia, que lleva años cuidando a las ratas de nuestra ciudad con exquisitez de pastelero, como si fueran votantes, que al paso que vamos no descarto que acaben siéndolo.

Las cucarachas no. Y los moscardones tampoco. Ignoro el motivo, pero esos otros personajes asquerosos quedan desprotegidos en la nueva Ley. Está claro que nuestros gobernantes se identifican mejor con las ratas que con las cucarachas porque nos obligan a discriminar entre unas y otras. Un dramático triaje para los criadores de parásitos en que nos han convertido. Que te despiertas por la noche y te encuentras en la cocina con una cucaracha roja pues le das un zapatillazo; que quien te está esperando es una rata gris, ¡ay, amigue!, entonces le ofreces más de lo que se esté zampando y le pones lo que se deje en una bolsita para no desperdiciar sobras. El Gobierno de Sánchez trata a las ratas mejor que a muchas personas, ellos sabrán por qué.

El Gobierno de Sánchez trata a las ratas mejor que a muchas personas, ellos sabrán por qué

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