Directo Sigue el minuto a minuto del superdomingo fallero

El Pleno del Consell ha aprobado la creación de un Registro de Explotaciones Agrícolas de la Comunitat Valenciana, concebido, según la referencia oficial, «como instrumento ... para asegurar el conocimiento, número y dimensión de las explotaciones agrícolas existentes en la Comunitat Valenciana».

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Sobre el papel, todo fenomenal, por supuesto, ya que dicho registro tiene «la finalidad de recoger las características generales de las explotaciones, sus titulares, la localización geográfica, la naturaleza jurídica, el aprovechamiento y uso de la tierra, o el régimen de explotación». También «atender las necesidades de información interna de los órganos responsables de la aplicación de la PAC y actuar como instrumento de planificación y ordenación de la actividad agraria».

¿Cómo no reconocer la conveniencia de planificar y ordenar la actividad agraria? Aunque lo cierto es que se trata de un mantra repetido desde todos lados desde hace tanto tiempo... Y en todo caso, ¿todavía no se cuenta con la suficiente información, a estas alturas?

Todos los agricultores y ganaderos tienen obligación de estar inscritos en el REGEPA (Registro General de la Producción Agraria), que abarca a toda España y, por tanto, a todas las comunidades autónomas; de manera que esa información ya existe. Es más, cuando se formaliza cada año la solicitud de las ayudas de la PAC, automáticamente queda ligado cada productor a un código REGEPA con toda la información pertinente sobre parcelas, producciones, etc. Los comercializadores de cosechas exigen ese código de trazabilidad y si no se aporta no se entra en la cadena comercial. Y todo el mundo sabe que las ayudas de la PAC se solicitan a la Conselleria de Agricultura. Entonces, ¿qué sentido tiene crear un nuevo registro para contener lo mismo? ¿Qué se añadiría, lo de planificar y ordenar? Acabáramos. Si aún no han desarrollado la Ley de Estructuras Agrarias, que contiene un perfecto diagnóstico de la situación y de los posibles remedios. ¿Por qué no también registros comarcales y municipales? No generen nuevas cargas y complicaciones y vayamos a lo urgente de verdad: los precios ruinosos, la rentabilidad perdida... La burocracia suele ser excusa para entretener cuando falla la eficacia.

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