Un respiro para Ayuso

Ayuso, ahora, es sencillamente Ayuso. Su figura se resitúa al menos en el plano orgánico. Son como vasos comunicantes que han vuelto a estabilizarse tras el erial que supuso la crisis con la dirección de Pablo Casado. Un cambio discreto en apariencia pero trascendental para el nuevo PP que inicia partida, estrena baraja y reparte de nuevo sus cartas.

Tras Sevilla se abre el juego. El presidente popular salió por la puerta grande -por aclamación- recargando con su propuesta las pilas de una formación necesitada de ilusión. Nuñez Feijóo se llevó todos los aplausos con sus discursos porque, aunque es tan gallego como Mariano Rajoy, es más directo y habla claro a base de sujeto, verbo y predicado. Frases cortas y claras.

Ahora Feijoo se enfrenta a muchos retos, a corregir el dicho de que el santo cuánto más lejano más milagroso y, por qué no, la leyenda de llevar la 'z' en su apellido como palanca para alcanzar la presidencia del gobierno. Lo cierto es que Madrid es otra liga. Lo dicen los que han podido volver de allí. Dispondrá de pocos días de gracia para aclimatarse. Madrid no es Galicia, gobernar no es igual que estar en la oposición pero tampoco -y ésa es una de sus enormes fortalezas- es lo mismo ejercer la oposición después de haber gestionado muchos años una comunidad autónoma y tener experiencia de gobierno.

Feijóo se reúne hoy con el Rey en un gesto de respeto institucional necesario con una monarquía necesitada de aliados fiables como es él. Mañana le toca el turno a Pedro Sánchez. Harán bien en no subestimarse mutuamente.

Y para ganar Feijóo se ha rodeado de un equipo de su más estricta confianza. Con los dedos de una mano se cuentan las personas realmente próximas al nuevo presidente y uno es, porque ya lo fue, Esteban González Pons. Y eso es tan bueno para él como bueno para el PPCV de Carlos Mazón donde el gallego ha optado también por designar directamente a María José Catalá.

Con todo, Sevilla da un respiro indudable a Ayuso que gana algo de oxígeno tras una larga etapa de presión y cierto desgaste que ha soportado sin apenas despeinarse. Si esta nueva etapa es coyuntural o definitiva dependerá de los aciertos de Feijoo y de su equipo pero, también, de cómo gestione este nuevo escenario la propia Isabel Díaz Ayuso.