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Después del verano y con las pilas cargadas -que buena falta hacía- les comparto una teoría que pasó por mi cabeza mientras apuraba las últimas ... horas de asueto vacacional. Si lo recuerdan, Pedro Sánchez, además de nuestro presidente, es actor protagonista de una serie. Y estos días debe andar inmerso en pleno rodaje de una de las cuatro entregas que compondrán el documental en el que trabajan dos productoras españolas sobre su vida en La Moncloa. Se emitirá por Netflix o cualquier otra plataforma de éxito porque, no en balde, cuentan con todo el respaldo gubernamental. Incluso habrá quienes estén esperando su estreno con innegable expectación.
Parece estar ajustándose a las necesidades de su propio guión. Así puede entenderse el incompresible mitin del pasado sábado en Sevilla presentando la campaña socialista 'El Gobierno de la gente' o el show televisivo 'Gobernamos contigo' en el Palacio de La Moncloa -con idílico paseo previo por sus jardines con los cinco elegidos para preguntar- incluso, si me apuran, el debate de 12 minutos que finalmente ha consentido sostener en el Senado con Alberto Núñez Feijóo. Desde el punto de vista exclusivamente de la imagen los tres actos -con una puesta en escena impecable- permiten destacar la nueva versión de líder cercano y dialogante que quiere ofrecer Sánchez como balance de su legislatura, allá cuando se estrene el documental, en primavera de 2023. A las puertas de sus elecciones. Para entonces, pocos recordarán el show enlatado en el que nadie habló de la guerra, ni de los precios o la inflación, ni por supuesto asomó ninguna inquietud ante la llegada del invierno y el pago de suministros o del reto que supone hacer la compra. Todo fue bonito. Más de una hora de material en bruto -como se dice en el argot audiovisual- listo para editar e incluir en su próximo documental. Y además rodado en exteriores.
Mientras ese momento llega y a la espera de nuevos trailer al respecto, ésta es una explicación prudente para justificar los forzados actos con los que ha elegido arrancar el curso político Pedro Sánchez. Y que por supuesto ha tomado la decisión de dar la batalla hasta el final a pesar de lo que digan las encuestas. Va a resistir y no piensa rendirse. El objetivo es ganar. ¿Cómo? ofreciendo una nueva versión de sí mismo para frenar la caída que registran las encuestas cara a su reelección. Cueste lo que cueste. Su plan: elevarse del ruido, aislarse de la crítica mediática para centrarse exclusivamente en hacer llegar sus mensajes dirigidos a colectivos muy concretos. Y después interpretar su éxito a base de leads. La práctica de la política a golpe de interpretación de datos y clics. «Nosotros a lo nuestro», pensará.
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