Romperse el brazo

No parece que una parte de la juventud rusa brille con el relámpago del ardor guerrero. Crecieron con las hamburguesas, los vaqueros, internet y el rock. ¿Pretende Putin que marchen a una guerra que les importa un bledo? Pues difícil lo va a tener. Realizaron una tanda de encuestas en Europa donde les preguntaban a los jóvenes si estarían dispuestos a empuñar las armas para defender su país en caso de guerra. España ofrecía una cifra ridícula de patriotas dispuestos a derramar su sangre. Ni siquiera los 'ninis', aunque sólo fuese por matar el tiempo (es un decir) y sentirse útiles incrustados en una causa superior, se apuntaban al fragor de trinchera. Exhibimos las banderas cuando una confrontación deportiva o para celebrar una jornada preñada de Historia, pero morir por ella es otro cantar y lo entiendo. Si estallase una guerra yo le pediría al director de LP que me mandase al frente para escribir crónicas a lo Ernie Pyle o a lo Tom Traynor, siempre y cuando pudiese lucir cacharra en el cinto por razones estéticas, claro, pero liarme a tiros y soportar bombardeos me temo que no podría, que ya estoy mayor. En Rusia ya están en la fase de largarse de su tierra o de romperse el brazo para eludir el combate. Nada se les puede reprochar pues nadie les asegura la herida del millón de dólares.